Los instrumentos de las misiones espaciales de la NASA (sondas Cassini, Galileo, Voyager) han detectado las ondas de radio y su interacción con los campos magnéticos de los planetas de nuestro sistema solar.
A pesar de que en el espacio interestelar no existe el aire, lo anterior no representa un obstáculo, pues gracias a la “sonificación de datos” es posible conocer la interrelación de la energía de nuestro Universo en sonidos reconocibles para los seres humanos.