[vc_row][vc_column][vc_single_image image=”21242″ img_size=”large”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]Lo más importante en la universidad es aprender a aprender, porque cuando terminen su carrera tendrán que seguir ejercitándose, sólo así garantizarán hacer bien su profesión, recomendó Mario Molina-Pasquel, Premio Nobel de Química 1995, a todos los estudiantes de primer ingreso de la facultad dedicada a esa disciplina.
Los jóvenes están acostumbrados a estudiar de esta forma porque desde la primaria les enseñan sólo a memorizar y cuando llegan a la universidad continúan con la misma dinámica, pero deben cambiar a un aprendizaje activo, añadió el científico.
En otro tema, uno de los jóvenes preguntó: ¿Alguna vez pensó en rendirse y qué lo animó a continuar? Molina-Pasquel contestó: “Hay que tener mucha persistencia y paciencia, porque lo que ganamos es una satisfacción enorme de poder hacer algo en beneficio para la sociedad, eso lo compensa todo”.
Otro pregunta de los estudiantes giró en torno a qué lo motivó para elegir su vocación de químico, al respecto, el investigador señaló que desde muy niño le gustaba esa disciplina científica, “primero leía historias de piratas pero a los 10 años llegaron a mis manos autobiografías de científicos, y eso me fascinó”.
Desde entonces, agregó el investigador de la Universidad de California en San Diego, empecé a crear mis propios experimentos y eso me maravilló. Fue así que decidí dedicarme a la investigación.
Por años, narró sonriente, creí que esto era un hobby y pensé que tal vez un día podría obtener recursos económicos para dedicarme a esto. Pero creo que hoy en día, los jóvenes pueden dedicarse a la ciencia y tener un nivel de vida aceptable.
La ciencia
Para Molina-Pasquel, la ciencia ha tenido una influencia gigantesca en nuestra calidad de vida, sobre todo, empezando desde el siglo pasado. “Por ejemplo, la expectativa de vida ha aumentado notablemente, de no ser por los avances científicos tal vez hoy yo no estaría aquí”, dijo entre risas.
Otro caso son los teléfonos, los primeros tenían unos transistores enormes, y las computadoras que llevaron en el Apolo XI no tenían la capacidad que hoy tiene un celular. Prácticamente hay celulares como habitantes en el planeta,
Así, la ciencia no nos dice cómo funciona la sociedad, y no tiene que ver con que sea buena o mala, pero debemos combinarla con la política, la sociedad e incluso con la ética, concluyó.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]