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La representación política de las mujeres en México ha ganado terreno

El proceso de inserción de las mujeres mexicanas en espacios de representación político-electoral ha tomado varios años. En México se ha dado un paso importante en ese rubro al incorporar la paridad de género como un principio constitucional en 2015, “es una transformación en la manera en que entendemos el poder y de exigir que el 50 por ciento de la población lo pueda tener ”, explicó la doctora Flavia Freidenberg, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Aunque ha sido un gran avance existen obstáculos culturales, partidistas, político-institucionales y estructurales que impiden que el proceso continúe, ya que aún se tiene la creencia que las mujeres son menos capaces para liderar puestos de poder y que sólo deberían dedicarse al cuidado. “El esfuerzo del Instituto Nacional Electoral en los últimos años para trabajar en la paridad de género y construir sociedades igualitarias ha sido exitoso, ha hecho operativas las reglas que la constitución le permite”, detalló la profesora del Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

De acuerdo con la experta, las reformas electorales inclusivas que México ha llevado a cabo han sido exitosas, han aumentado las mujeres en las candidaturas, hay mujeres competitivas y que ganan elecciones. “Era el primer paso, conseguir que llegaran pero generó un montón de retos”.

Este proceso de transformación destapó la violencia sistémica que existe en los países de la región, los estereotipos, prejuicios y creencias que hacen pensar que los hombres son mejores para gobernar. “La exigencia de paridad demostró una realidad, puso en relevancia que el poder no está distribuido equitativamente”.

En ese contexto, la doctora  afirmó  que entre los retos que hay por delante está pasar de la representación descriptiva (de tener mujeres por el sólo hecho de tenerlas) a tener mujeres comprometidas con una agenda que genere las transformaciones que una sociedad igualitaria exige. Se necesitan mujeres en donde todavía no han llegado,  como la dirigencia interna de los partidos. Se necesita una transformación educativa, social y cultural para visibilizar y desmontar  las actitudes y preferencias de la ciudadanía. Los hombres son corresponsables para esta transformación que no solo es política, es educativa, social y de actitudes.