De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, las jirafas en África están en la categoría de riesgo debido a la pérdida de su hábitat, el cual es invadido para fines agrícolas, ganaderos, mineros y desarrollo urbano. Además, las guerras internas de la zona donde los guerrilleros luchan contra el gobierno, dejan a estos animales en medio del fuego cruzado, muriendo de forma accidental.
De hecho, en 1985 había 160 mil jirafas, y para 2015 solo quedaban 100 mil, explicó Gerardo López Islas, académico de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán.
¿Qué pasa si las jirafas desaparecen? Cuando una especie se extingue, se pierde una riqueza biológica desarrollada por millones de años de evolución. Las jirafas son parte integral del ecosistema y su ausencia tendría un impacto significativo en los beneficios ecológicos que aportan. Por ejemplo, tienen la tarea de distribuir las semillas que ingieren y luego excretan a través de sus heces en otras zonas, favoreciendo el crecimiento y fortalecimiento de los bosques.
Su pérdida sería irreparable, ya que, aunque otras especies cumplen funciones similares, ninguna es exactamente igual. La armonía de una especie con otras es crucial para el surgimiento de la vida; si falta alguna, se altera el equilibrio natural, conduciendo a enfermedades, sequías, inundaciones, hambruna y, finalmente, a la muerte.
Datos curiosos sobre las jirafas:
- Aunque existe solo una especie, hay 9 subespecies en el continente africano, que se diferencian por sus colores y distribución geográfica.
- Es rumiante: Posee un aparato digestivo de cuatro compartimentos (rumen, retículo, omaso y abomaso), lo que le permite alimentarse de plantas.
- Tiene osiconos en su cabeza: Estructuras óseas con forma de cono que emergen del cráneo, cubiertas por piel y pelo.
- Son exclusivas del continente africano: Habitan principalmente en zonas áridas o semiáridas con buena población de árboles o arbustos, como la sabana, donde acceden a árboles de la familia de las Acacias, resistentes a las sequías.
- Forman una estructura social peculiar: No viven en manadas propiamente, sino que coexisten en zonas con alimento, interactuando sin un miembro dominante. Los machos y las hembras copulan libremente.
- Caminan con ambladura: A diferencia de otros cuadrúpedos, las jirafas mueven simultáneamente la mano y el pie del mismo lado.
- Nunca se echan: Les resulta difícil levantarse, lo que les haría vulnerables a depredadores. Pueden dormir de pie, aunque los bebés sí se echan.
- Su corazón pesa hasta 11 kilos: Necesario para bombear sangre a su elevada cabeza y mantener una presión arterial adecuada.
- El mamífero más alto sobre la tierra: La jirafa, con sus patas largas y cuerpo relativamente corto, puede alcanzar hasta 6 metros de altura, siendo un ejemplo notable de la evolución.
- Un largo cuello: Contrario a la creencia popular, su cuello no se alargó por esforzarse en alcanzar árboles altos, sino que su altura natural les permite acceder a los puntos más elevados de los árboles.
La conservación de las jirafas es crucial para el equilibrio ecológico y la biodiversidad. Su pérdida sería un golpe devastador para el ecosistema y un triste reflejo de nuestra negligencia hacia el mundo natural. Por tanto, es urgente y necesario tomar medidas para proteger su hábitat y asegurar su supervivencia.