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Hallazgo de la UNAM: nueva polilla mexicana

La Dra. Ivonne Garzón Orduña, especialista del Instituto de Biología de la UNAM, ha realizado importantes hallazgos en el mundo de los insectos desde 2019, al dedicar gran parte de su tiempo a la identificación de polillas en la Colección Nacional de Insectos, bajo custodia de la mencionada institución. Sus esfuerzos y descubrimientos no han pasado desapercibidos, pues hace cuatro años logró descubrir la Ophthalmoblysis ibarrai, una especie que durante 40 años había pasado inadvertida para otros entomólogos en los gabinetes de la colección.

Descubrimiento de la Hygrochroma xitle

El año pasado, la Dra. Garzón Orduña volvió a sorprender al comenzar a estudiar una peculiar polilla de color predominantemente caramelo, con vivos blancos y plateados. Luego de una meticulosa revisión y apoyándose en observaciones y documentaciones antiguas, la especialista confirmó la existencia de una nueva especie de polilla, a la que denominó Hygrochroma xitle, que habita en la Ciudad de México.

La Hygrochroma xitle rinde homenaje al extinto volcán que se encuentra en las faldas del Ajusco. El nombre de este insecto se definió a partir de una votación en la que participaron más de 5.000 personas de todas las edades, pertenecientes a la comunidad de la UNAM y al público en general. Los otros nombres propuestos para este lepidóptero eran Pumita (en honor a la UNAM), Tlalpeña (para honrar su lugar de origen), Cajeta (por su color) y Guajolota (por el platillo).

Las polillas suelen tener cuerpos elegantes, cubiertos de escamas. Sus patrones de coloración varían, desde colores muy vivos, como es el caso de algunas cuyas escamas reflejan rojo, azul o verde, hasta otras con tonos marrones, terrosos y ocres. Algunas especies incluso pueden presentar ocelos, que son patrones circulares que asemejan ojos. La función de los ocelos sigue siendo estudiada, pero hay indicios de que ayudan a las polillas a sorprender o distraer a los depredadores.

A lo largo de su cuerpo, las polillas tienen receptores sensoriales que les permiten oler su alimento (que usualmente es el néctar de las flores), percibir las feromonas que las hembras liberan en época de apareamiento, o escuchar a otras polillas o a sus principales depredadores, los murciélagos.

Se tiene registro de que en el mundo hay al menos 160.000 especies de polillas. En México, se contabilizan oficialmente alrededor de 13.000, pero se estima que el total de la población podría llegar a las 20.000 especies. La Hygrochroma xitle pertenece a la segunda familia más grande de lepidópteros, la Geometridae, que cuenta con más de 20.000 especies a nivel mundial, las cuales provienen de las orugas medidoras. Es la misma familia a la que pertenece el “gusano” del Tepozán, el cual se transforma en la polilla llamada Acronyctodes mexicanaria.

El papel de las polillas en los ecosistemas

Por desconocimiento o ciertos prejuicios que nos hemos creado, los humanos solemos matar a las polillas, pues las relacionamos con malos augurios o tenemos la idea de que son venenosas.

Garzón Orduña instó a la población en general a no caer en estas creencias y a apreciar a las polillas, porque son fundamentales para los ecosistemas, tanto en su faceta de depredador como de presa. Las polillas desempeñan diversas funciones o servicios en los ecosistemas:

  • Son polinizadoras: muchas plantas con flores, como las orquídeas, el tabaco y las rosas, son polinizadas por polillas.
  • Son bioindicadoras: la ausencia o la sobrepresencia de algunas especies es un indicador de la salud de un ecosistema.
  • Mantienen las poblaciones vegetales en un nivel óptimo: al alimentarse de hojas en su estado de oruga, las polillas ayudan a mantener el crecimiento de las plantas dentro del equilibrio necesario para una comunidad.
  • Son alimento para otras especies: tanto en su estado de oruga como cuando son adultas, las polillas son alimento de aves y murciélagos, así como de arañas y avispas, entre otros insectos.

La experta universitaria invitó a la población en general “a acercarse a las polillas con curiosidad para adentrarse en su mundo y no temerles, ya que son totalmente inofensivas”.

Actualmente, las polillas, como otros insectos, enfrentan amenazas como la fragmentación de los ecosistemas, la deforestación, el uso de pesticidas y la destrucción de las fuentes de agua. De igual manera, la luz blanca es una trampa mortal para ellas, ya que no solo las atrae a volar hasta extenuarse, sino que las distrae de la ruta hacia sus parejas o plantas favoritas.


Ideas destacadas
  1. Ivonne Garzón Orduña, especialista en entomología, ha dedicado su tiempo a la identificación de polillas en la Colección Nacional de Insectos de la UNAM.
  2. La investigadora descubrió la nueva especie de polilla Hygrochroma xitle, que habita en la Ciudad de México y presenta una coloración caramelo, blanco y plateado.
  3. El nombre Hygrochroma xitle fue elegido a través de una votación en la comunidad de la UNAM y el público en general, rindiendo homenaje al extinto volcán ubicado en las faldas del Ajusco.
  4. Las polillas tienen diversos patrones de coloración y pueden presentar ocelos, patrones circulares que asemejan ojos, cuya función aún se estudia.
  5. Estos insectos cuentan con receptores sensoriales en su cuerpo que les permiten oler su alimento, percibir feromonas y escuchar a otros individuos o depredadores.
  6. Existen al menos 160.000 especies de polillas en el mundo, y en México se estima que la población podría llegar a las 20.000 especies.
  7. La Hygrochroma xitle pertenece a la familia Geometridae, la segunda más grande de lepidópteros, a la cual también pertenece la polilla Acronyctodes mexicanaria.
  8. Las polillas desempeñan funciones importantes en los ecosistemas, como polinizadoras, bioindicadoras, reguladoras de poblaciones vegetales y como fuente de alimento para otras especies.
  9. La experta hace un llamado a la población para no temer a las polillas y reconocer su importancia ecológica.
  10. Las polillas enfrentan amenazas como la fragmentación de ecosistemas, deforestación, uso de pesticidas, destrucción de fuentes de agua y la luz blanca, que afecta su comportamiento y supervivencia.