Proveer de agua segura a la comunidad universitaria es una de las prioridades del Programa de Manejo, Uso y Reuso del Agua en la UNAM. Con este propósito, en Ciudad Universitaria, en 2012, la Dirección General de Obras y Conservación instaló un sistema de desinfección con hipoclorito de sodio al 13% en los tres pozos que abastecen al campus. Desde entonces, PUMAGUA monitorea continuamente la calidad del agua, mediante tres procedimientos: (1) Cada seis meses un laboratorio certificado externo a la Universidad realiza un análisis de todos los parámetros de la NOM-127-SSA1-1994 (2000): “Salud ambiental, agua para uso y consumo humano-límites permisibles de calidad y tratamientos a que debe someterse el agua para su potabilización”. ; (2) Conforme a lo establecido en la NOM-179-SSA1-1998: Vigilancia y evaluación del control de calidad del agua para uso y consumo humano, distribuida por sistemas de abastecimiento público, se realizan muestreos semanales de cloro residual libre y coliformes fecales en despachadores y bebederos, tomas y cisternas.; (3) Se cuenta con un monitoreo en tiempo real de 6 parámetros: cloro residual libre, nitratos, sólidos disueltos, turbidez, temperatura y conductividad.
En los últimos años, las entidades y dependencias universitarias han instalado más de 20 despachadores de agua recomendados por PUMAGUA, el Programa publica la información sobre la calidad del agua de éstos y los bebederos instalados previamente, en el Observatorio del Agua de la UNAM: www.observatoriodelagua.unam.mx.
Como resultado del monitoreo, se ha determinado que el agua de Ciudad Universitaria es confiable y se exhorta a la comunidad a beberla directamente de la llave. PUMAGUA ha estimado que en CU la comunidad gasta casi un millón de pesos al día en la compra de agua embotellada (excluyendo las compras de las dependencias/entidades universitarias). Es decir, cada persona gasta alrededor de $200.00 al mes por este concepto. Además, en el campus se generan alrededor de 2 toneladas al día de plásticos, materiales que tarda cientos de años en degradarse.
Cambiemos nuestras conductas en nuestro propio beneficio: ¡Consumamos agua de la llave, que la UNAM nos ofrece gratis!