En cada partido, en cada jugada, las jóvenes que integran el equipo femenil de Pumas han dado lo mejor, y con ello, han demostrado ante el machismo y otras cuestiones sociales que este deporte también es para las mujeres.
Es el caso de Kenya Caballero, lateral izquierda de 23 años, quien decidió dedicarse a este deporte porque siempre fue su pasión, desde pequeña veía a sus primos que jugaban en fuerzas básicas y ella quiso unírseles, pero en ese entonces, no existía una liga femenil. Hoy llegar a
Pumas es cumplir su sueño.
Desde los 18 años, la joven se independizó y de ahí su vida no ha sido nada fácil, el hecho de enfrentarse sola a un mundo real ha sido el mayor reto. Pero ahora que se encuentra en el equipo auriazul juega con honor, pasión y garra, según sus palabras.
Por su parte, Brisa Rangel, portera de 27 años, menciona que representar a Pumas es un logro y esfuerzo de muchos años. “Había tenido la fortuna de representar a la UNAM en la liga estudiantil durante 11 años, pero hoy formar parte de este club es un sueño hecho realidad”.
Antes no existía una liga profesional femenil, así que sólo jugabas por jugar, por amor al arte, no había una remuneración, nada comparado para poder vivir. Es una suerte que hoy tengamos esta posibilidad, y que además nos paguen por jugar, donde esperemos que poco a poco la oportunidad crezca.
Claudia Luna, delantera de 26 años, describe que representar a este club es un gran reto y orgullo, porque hablando de futbol, este equipo es uno de los cuatro grandes, con el plus de representar también a la Máxima Casa de Estudios del país.
Sobre los retos, la joven explicó que se ha enfrentado a la discriminación por ser mujer, y que de unos años para acá todavía existían comentarios de que se trataba de un deporte para hombres. “Nosotras también somos capaces de jugar este deporte y hemos logrado obtener cada vez un mayor apoyo del público aficionado”.
Karime Abud, de 24 años, quien juega como delantera, destacó que existen muchos retos, uno de ellos es el machismo en donde los hombres sienten que una mujer no es capaz de jugar mejor que ellos. Pero en esta liga han demostrado de lo que son capaces.
Desde pequeña la joven juega futbol, por eso destaca que es algo nato en ella. “Es un deporte que siempre he disfrutado y seguiré disfrutando hasta la edad que pueda, en cada jugada, partido y balón siempre daré lo mejor”.
Katya Ojeda, defensa central de 18 años, mencionó que jugar en Pumas significa mucho, ya que desde pequeña es al equipo que le va. “Los retos que he enfrentado es jugar con hombres desde pequeña, pero yo no sufrí mucho porque mi familia siempre me ha apoyado y aquí estoy”.
Decidí dedicarme al soccer porque vi a mis hermanos jugar, de hecho uno de ellos no juega muy bien, y me contagió, vi que era un deporte de competencia y eso me gustó todavía más, concluyó.