A diferencia de otros jamones comerciales, el producto es 100 por ciento carne, no le agregaron fécula de ningún tipo para aumentar el volumen, ni aditivos, así que el resultado fue un jamón extrafino, cuya calidad se nota al probarlo, especificaron.
Los politécnicos subrayaron que también le adicionaron inulina, fibra soluble que ayuda a incrementar la fibra intestinal y a mantener saludable el aparato digestivo.
La formulación no contiene conservadores, pero el proceso de ahumado al que se somete ayuda a conservarlo durante tres semanas en refrigeración, apuntaron.
Los alumnos consideraron que el proceso más complicado para elaborar el jamón es la limpieza de la carne, la cual de forma práctica no tiene grasa, pero sí gran cantidad de tendones y de tejido conectivo, los cuales se deben retirar con cuidado para que no afecten la presentación.
Puntualizaron que debido al bajo consumo, la carne de conejo sólo se consigue en rastros o en mercados donde venden carne exótica, lo que de algún modo repercute en el producto final; sin embargo, se proponen instalar un criadero para iniciar la producción del jamón light.