El fecalismo es uno de los problemas de salud más graves en la Ciudad de México; se estima que cada año se emite al aire de esta urbe media tonelada de residuos fecales, principales responsables de la proliferación de enfermedades gastrointestinales, señaló Irma Aburto López, de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza de la UNAM.
Si bien la mayoría de estos desechos provienen de perros y gatos, una parte considerable son humanos, subrayó la especialista en salud pública.
Hay mucha gente que no está habituada a vivir en las ciudades y cuando llegan a ellas siguen con la costumbre de defecar al aire libre; pero también es cuestión de poca civilidad y de malas costumbres: por ejemplo, si un niño tiene ganas de ir al baño, la mamá lo pone entre los carros para que defeque, “¡así de simple!”.
La universitaria refirió que si no hubiera luz eléctrica en la ciudad, y si las heces fueran luminosas, podríamos alumbrarnos con ellas por las noches.
Esta ironía, dijo, se debe a que es tanta la materia fecal expuesta al medio ambiente, que al deshidratarse se convierte en polvo que es arrastrado por el viento; así, se convierte en un factor potencial de transmisión de enfermedades como el cólera, gastroenteritis viral o bacteriana, además de propiciar la proliferación de fauna nociva.
La mejor forma de evitar esta situación es ser responsables y recoger los desechos de nuestras mascotas, y en el caso de las personas, cambiar de hábitos y utilizar el sanitario.
El WC y los manejos sanitarios asociados
Water, váter, inodoro, retrete o water closet (WC), no importa como lo llamemos, el sanitario es un invento que ha permitido tener una mejor calidad de vida al instaurar un sistema sanitario en el hogar y los trabajos.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el retrete se logró un incremento significativo en la economía de las comunidades (al permitir crear un sistema de saneamiento separando el agua limpia de la sucia), pues por cada dólar invertido en un sistema de saneamiento de este tipo hay un retorno de cuatro dólares que no se destinan a enfermedades que ocasionan ausentismo escolar y laboral.
No obstante, concluyó Aburto López, la limpieza regular del retrete es indispensable, así como lavarse las manos después de ir al baño.