Beatriz Espejo viajó miles de kilómetros y persistió hasta que el escritor Jorge Luis Borges aceptó la entrevista.
– Es usted muy joven.
– No tanto maestro.
La escritora escuchó las historias de Borges, personaje “fascinante”:
–¿Sabe usted el cuento del judío que enterró su dinero en el jardín de su casa?
Y Beatriz Espejo escuchó esos relatos como si estuviera dentro de Las Mil y una noches.
Nunca escribió esa entrevista porque olvidó apretar el botón de la grabadora.