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Economía social y solidaria: cambiando vidas en Morelos

Imaginen un modelo económico donde la sustentabilidad y el ser humano son el núcleo; un modelo que respeta al medio ambiente, promueve la solidaridad y busca el crecimiento equilibrado de las comunidades. Tal vez suene como una utopía, pero la académica de la UNAM, Tatiana González Rivera, junto con otros colegas del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM), están trabajando activamente para hacerlo realidad en el corazón de Morelos.

Desde impulsar el Mercadito Verde Morelos y el Bazar Campo-Ciudad, hasta respaldar a cooperativas y grupos de economía social y solidaria, el trabajo de González Rivera y el CRIM es una clara evidencia de que otro tipo de economía, más humana y verde, es posible. 

Y no solo eso, están demostrando que estos esfuerzos pueden ser parte integral de la política pública del país, fomentando lazos estrechos entre la academia, los gobiernos locales y el sector de la economía ‘social y solidario’. Este trabajo se inscribe en los nodos de impulso a la economía social y solidaria (NODESS), política pública federal impulsada por el Instituto Nacional de la Economía Social, de la Secretaría de Bienestar, cuyo objetivo es crear alianzas estratégicas entre la academia, los gobiernos locales y el sector de la economía llamado “social y solidario”.

La economía social y solidaria, señala la experta en Derecho mercantil, se presenta como una alternativa a la economía hegemónica, al capitalismo y al neoliberalismo, apuntando hacia la generación de riqueza de forma más equitativa.

Ante la crítica de que la riqueza generada por el capitalismo se concentra en pocas manos, surgen estas respuestas colectivas, de autogestión y democráticas, que buscan probar otros enfoques económicos cuando los beneficios del capitalismo no llegan a todos.

En palabras de González Rivera, la economía social y solidaria abarca distintas figuras asociativas enfocadas en satisfacer las necesidades de sus asociados y de su comunidad, con un compromiso especial hacia el medio ambiente, también afectado por el sistema capitalista.

La Universidad Nacional se encarga de cultivar diversas áreas: investigación, capacitación, acompañamiento a los emprendimientos y realización de actividades de cultura de paz, entre otras.

González Rivera explica que los investigadores del CRIM valoran la importancia de sumarse a la política de impulso a los NODESS. Desde 2020, participan en las convocatorias anuales del gobierno federal y han conseguido forjar vínculos con la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Morelos, cooperativas y sociedades de producción rural.

“La mayoría de estos emprendimientos son informales y la tarea del NODESS es asesorarlos para que transiten a la formalidad, principalmente a través de cooperativas”, comenta la académica.

En la actualidad, trabajan con la cooperativa Biocanna, especializada en herbolaria y uso de plantas medicinales, particularmente cannabis; así como con una sociedad de producción rural dedicada a la apicultura.

Entre los emprendimientos que han recibido apoyo, destaca el Mercadito Verde Morelos y el Bazar Campo-Ciudad, dos proyectos que se formalizaron y fortalecieron gracias a la intervención del NODESS.

“Una vez que están debidamente organizados y tienen bases sólidas, se busca dar el paso a la formalidad. Contar con una personalidad jurídica es esencial para poder participar en otros programas del gobierno local o federal”, añade González Rivera.

De hecho, con el Mercadito Verde Morelos se logró registrar su nombre como marca. Este grupo se reúne quincenalmente en el Parque Chapultepec de Cuernavaca, Morelos, donde los equipos del NODESS ofrecen talleres en función de las necesidades diagnosticadas.

El Bazar Campo-Ciudad, por su parte, es un proyecto de la Unión de Pueblos de Morelos y la Universidad Campesina del Sur, dos asociaciones civiles que se unieron al NODESS Morelio Solidario y Cooperativo en 2021.

“Ellos tenían el proyecto de acercar a los productores del campo de estas comunidades rurales con la ciudad, lo que resultó ser muy valioso durante la pandemia por COVID-19”, cuenta la experta universitaria.

A través de WhatsApp, promovieron los productos que los integrantes del bazar vendían y los consumidores realizaban sus pedidos. Posteriormente, se reunían en un edificio de la Universidad La Salle, en Cuernavaca, para entregarlos.

El bazar cuenta ahora con una página web donde se pueden ver los artículos ofrecidos por las comunidades de Morelos, acercándolos a los consumidores de la ciudad. “Están próximos a su formalización en dos cooperativas, una de producción y otra de consumo”, revela González Rivera.

Destaca que en estos nodos también colaboran otros especialistas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, que prestan apoyo en temas científico-técnicos, de propiedad intelectual y otros.

El académico Prudenzio Mochi Alemán, especialista en cooperación internacional, consiguió financiamiento extranjero para respaldarlos con capacitaciones y certificaciones en diversas habilidades.

Próximamente, los académicos del CRIM de la UNAM participarán en una feria de cooperación internacional y de economía social y solidaria, organizada por el Instituto Mora, donde presentarán las experiencias de estos NODESS.

“Para nosotros, como académicos, estas experiencias han sido muy valiosas. A través de los NODESS nos hemos acercado a las comunidades, hemos trabajado e interactuado en territorio. Este es un papel fundamental de la academia que se ha logrado gracias a esta política pública”, concluye la experta universitaria.

Ideas destacadas sobre economía social y solidaria

  1. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fortalece su compromiso con la economía social y solidaria, trabajando directamente con cooperativas y emprendimientos que promueven una alternativa económica equitativa y sostenible, en contraposición al sistema capitalista tradicional.
  2. Las iniciativas que respalda la UNAM, como el Mercadito Verde Morelos y el Bazar Campo-Ciudad, se enmarcan en una política pública federal conocida como los nodos de impulso a la economía social y solidaria (NODESS). Esta política busca estrechar lazos entre la academia, los gobiernos locales y el sector de la economía social y solidaria.
  3. La UNAM y su Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) se encargan de una serie de funciones vitales para apoyar a estos emprendimientos, entre ellas, investigación, capacitación, asesoramiento jurídico, y la promoción de actividades de cultura de paz.
  4. Los NODESS juegan un papel crucial en la transición de los emprendimientos informales hacia la formalidad, principalmente a través de cooperativas. Este paso es esencial para que estos proyectos puedan participar en otros programas gubernamentales.
  5. A través de alianzas estratégicas y trabajos colaborativos, como con la Unión de Pueblos de Morelos y la Universidad Campesina del Sur, los NODESS han logrado fortalecer el acercamiento entre los productores rurales y los consumidores de la ciudad, una estrategia que se volvió particularmente valiosa durante la pandemia por COVID-19.
  6. La participación de la academia en estas iniciativas de economía social y solidaria, a través de los NODESS, resalta el valor de su papel en la comunidad y en el desarrollo de políticas públicas efectivas. Las experiencias de trabajar directamente con las comunidades han demostrado ser altamente valiosas para los académicos, a la vez que han contribuido al crecimiento y la formalización de diversos emprendimientos sociales y solidarios.