El 23 de mayo se celebra el Día Mundial del Melanoma, destinado a concientizar sobre la gravedad de este tipo de cáncer de piel y la importancia de su detección temprana. El melanoma se origina en los melanocitos, células responsables del pigmento de la piel, y es conocido por su potencial agresivo y capacidad para metastatizar a órganos distantes.
A pesar de la creencia popular, la mayoría de los melanomas surgen de novo, es decir, de áreas de la piel sin lesiones previas, y no de lunares existentes. Esto subraya la necesidad de prestar atención a cualquier nueva señal o cambio en la piel, más allá de los lunares ya presentes.
En México, el melanoma representa aproximadamente el 3% de todos los tumores, con un elevado porcentaje de diagnósticos en etapas avanzadas. Los lugares más comunes de aparición incluyen las extremidades inferiores, debajo de las uñas de los pies y en las plantas de los pies, donde suele manifestarse como una mancha negra persistente que crece en tamaño y grosor.
El diagnóstico precoz es crucial y puede realizarse observando cambios en la piel según el acrónimo “ABCDE”: Asimetría, Bordes irregulares, Color variado, Diámetro en aumento y Elevación sobre la piel. El tratamiento primordial es quirúrgico, buscando remover completamente el tumor junto con un margen de piel sana. La detección temprana es fundamental para mejorar las tasas de curación, ya que la profundidad del melanoma es un predictor clave de su potencial de diseminación.
Este Día Mundial del Melanoma llama a la acción para fomentar la educación sobre los riesgos del melanoma y la importancia de las revisiones dermatológicas regulares, especialmente para aquellos con factores de riesgo elevados. La prevención y la educación son nuestras mejores herramientas para luchar contra esta enfermedad potencialmente mortal.
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