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Depresión en preadolescentes: ¿cómo modifica su cerebro?

En cualquier etapa de nuestra vida, la depresión puede ser peligrosa. Este trastorno mental se caracteriza por una tristeza persistente y falta de interés o placer en actividades antes gratificantes. Además, puede alterar el sueño y el apetito, y afectar la concentración.

Según datos del INEGI, en México, al menos 34.8 millones de personas han experimentado algún episodio depresivo en sus vidas y, en el mundo, aproximadamente 300 millones de individuos padecen este trastorno.

Aunque es una enfermedad mental frecuente, como sociedad no hemos logrado entenderla ni visualizarla en su totalidad. Por ello, en los últimos años, diversos investigadores han realizado estudios para encontrar sus causas, el medicamento más efectivo, si existe predisposición genética, entre otros factores.

Recientemente, investigadores de la Universidad de California, el Instituto Salk y la Universidad de Washington profundizaron en los efectos de la depresión en el cerebro de los preadolescentes, un sector poco estudiado. Los resultados no fueron alentadores.

Nuestro cerebro se desarrolla constantemente hasta los 40 años. Durante la infancia, preadolescencia y adolescencia, experimenta su mayor crecimiento, alcanzando la madurez entre los 25 y 30 años. En la preadolescencia, este órgano es altamente susceptible a lo que le rodea y a las alteraciones neurológicas.

Para esta investigación, se utilizaron datos del estudio de desarrollo cognitivo del cerebro en adolescentes (ABCD), con una muestra de 1782 participantes (1429 sanos y 353 con depresión), todos entre 9 y 10 años. Se empleó un nuevo algoritmo computacional (SynthSeg +) y se calculó la conectividad funcional entre 98 regiones de interés con otro algoritmo (DDC o Covarianza Diferencial Dinámica).

Los resultados mostraron patrones interrumpidos de conectividad funcional en tres grandes redes neuronales. La primera, la red por defecto (RND), usada un 47% del tiempo, se distribuye en las zonas medial de los lóbulos temporal, parietal y prefrontal. Esta red facilita la autorreflexión, memoria y planificación futura.

La red de ejecución central, que ayuda en la toma de decisiones y control de impulsos, también se vio afectada. Por otro lado, la red de relevancia, que detecta información importante para la creatividad y responde ante eventos inesperados, también presentó alteraciones.

Según el estudio, estas alteraciones podrían tener consecuencias significativas en los preadolescentes. Por ejemplo, la alteración en la red por defecto podría traer problemas de autoestima, en la planificación de tareas y capacidad de recordar; la red de ejecución central podría incrementar la impulsividad o indecisión; y la alteración en la red de relevancia podría disminuir la aptitud para enfrentar interacciones sociales.

Los investigadores concluyen que estos resultados “contribuyen a una mejor comprensión de las modificaciones en la actividad cerebral de pacientes con trastornos depresivos en etapas tempranas. Asimismo, resaltan la importancia de implementar estrategias de diagnóstico temprano para prevenir resultados de salud negativos graves y mejorar la calidad de vida de los adolescentes, con efectos duraderos hasta la edad adulta”.

Ideas destacadas

  1. La depresión, un trastorno mental que se manifiesta a través de tristeza persistente y pérdida de interés en actividades previamente placenteras, puede surgir en cualquier etapa de la vida y afectar aspectos como el sueño, el apetito y la concentración.
  2. En México, más de 34.8 millones de personas han vivido episodios depresivos, mientras que globalmente, la cifra alcanza aproximadamente a 300 millones, lo que evidencia la prevalencia y la importancia de abordar esta enfermedad.
  3. Pese a ser una enfermedad mental común, aún existe un déficit en la comprensión y visualización total de la depresión por parte de la sociedad, impulsando a los investigadores a indagar en sus causas, tratamientos efectivos y posibles predisposiciones genéticas.
  4. Investigadores de instituciones prestigiosas como la Universidad de California, el Instituto Salk y la Universidad de Washington han realizado estudios enfocados en los efectos de la depresión en el cerebro de preadolescentes, un grupo demográfico menos estudiado, revelando hallazgos preocupantes.
  5. El cerebro humano, que se desarrolla y cambia hasta los 40 años, es particularmente susceptible durante la preadolescencia, un periodo crucial para su crecimiento y maduración, haciéndolo vulnerable a trastornos como la depresión.
  6. La investigación empleó datos del estudio de desarrollo cognitivo del cerebro en adolescentes (ABCD) y utilizó algoritmos avanzados para analizar la conectividad funcional en 98 regiones cerebrales de participantes con y sin depresión, todos entre 9 y 10 años.
  7. Los resultados del estudio indicaron alteraciones en tres redes neuronales clave: la red por defecto, implicada en autorreflexión y memoria; la red de ejecución central, relacionada con la toma de decisiones y el control de impulsos; y la red de relevancia, vinculada con la creatividad y la respuesta a eventos inesperados.
  8. Estas alteraciones neuronales en preadolescentes con depresión podrían tener consecuencias significativas en aspectos como autoestima, capacidad de planificación y memoria, toma de decisiones, impulsividad, y habilidades sociales, subrayando la importancia de diagnósticos tempranos y estrategias preventivas para mejorar la calidad de vida y evitar impactos negativos a largo plazo.