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Degradando las colillas de cigarro mediante hongos

Las colillas de cigarro representan uno de los desechos sólidos más frecuentes en el mundo y poseen componentes tóxicos, como metales pesados, altamente perjudiciales para el ser humano y el medio ambiente. Al arrojar colillas al suelo, no solo se genera basura sino también una serie de repercusiones negativas para el equilibrio ecológico.

Cada año se acumulan alrededor de 766 millones de kilogramos de basura tóxica globalmente, de acuerdo con datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). Según el Informe general sobre colillas de cigarros del 2022, elaborado por la ONG Eco House, estas pueden tardar hasta 25 años en degradarse.

Dado el considerable impacto ecológico de las colillas, investigadores de América Latina trabajan en transformar este residuo y minimizar su alta toxicidad. Pilar Núñez, bióloga del Conicet de Argentina, investiga cómo neutralizar la toxicidad de las colillas mediante la biorremediación, proceso que emplea organismos biológicos, como hongos, bacterias o plantas, para convertir contaminantes en sustancias menos tóxicas y reintegrarlas a ciclos naturales. Para ello, recolectó hongos de diferentes áreas de Argentina y, tras una exhaustiva selección, optó por aquellos pertenecientes al grupo de pudrición blanca.

Estos hongos degradan la lignina, componente que brinda el tono marrón y la fortaleza a la madera. A pesar de ser un compuesto complejo, los hongos de pudrición blanca han demostrado ser eficaces en su descomposición. En el laboratorio, Núñez combinó colillas y hongos, permitiendo que estos últimos crecieran sobre los residuos. Posteriormente, evaluará la toxicidad del material resultante. La investigación continúa en desarrollo.

Por otro lado, en México, Leopoldo Benítez González, biólogo y fundador de Ecofilter México Recicla, también se dedica a la misma problemática. Durante su etapa como estudiante en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), identificó que las colillas estaban presentes en múltiples lugares. Una experiencia en Michoacán lo inspiró a investigar si ciertos hongos podían degradar el acetato de celulosa de los cigarrillos.

Al igual que Núñez, Benítez decidió trabajar con hongos de pudrición blanca. En su tesis de Licenciatura “Degradación de los residuos sólidos del cigarrillo por crecimiento de pleurotus ostreatus y trametes versicolor”, publicada en 2012, señaló que esta especie de hongos produce enzimas capaces de metabolizar la lignina y de degradar diversos contaminantes.

Estos hongos pueden descomponer hasta el 25% de los componentes tóxicos de las colillas en 25 días. Luego de alimentarse de la colilla, el hongo, al ser retirado de la incubadora, se convierte en un polvo utilizado para compost. El 75% restante de la colilla, que es menos tóxico, se tritura y mezcla con papel reciclado, utilizado posteriormente para crear macetas o cuadernos.

Concluir el ciclo de reciclaje de las colillas depende del compromiso y educación de la sociedad. Es imperativo promover campañas de concientización para reducir el consumo de tabaco o, en su defecto, motivar a los fumadores a almacenar colillas y canjearlas por productos elaborados con la fibra reciclada.

Ideas destacadas degradado de colillas de cigarro mediantehongos

  1. Las colillas de cigarro, que contienen componentes tóxicos como metales pesados, son uno de los principales desechos sólidos del mundo. Su desecho inapropiado no solo representa un problema de basura, sino que afecta gravemente el equilibrio ecológico.
  2. Cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) indican que anualmente se suman alrededor de 766 millones de kilogramos de basura tóxica a nivel mundial. El Informe general sobre colillas de cigarros de la ONG Eco House, del año 2022, señala que las colillas pueden tardar hasta un cuarto de siglo en descomponerse.
  3. Pilar Núñez, bióloga del Conicet en Argentina, lleva a cabo investigaciones sobre biorremediación con el fin de neutralizar la toxicidad de las colillas. Esta técnica utiliza organismos biológicos, como hongos, para transformar contaminantes en sustancias menos perjudiciales. Para su estudio, Núñez recolectó hongos de diferentes áreas en Argentina y seleccionó aquellos del grupo de pudrición blanca por su capacidad para degradar la lignina.
  4. Leopoldo Benítez González, biólogo y fundador de Ecofilter México Recicla y egresado de la UNAM, también investiga la biorremediación de colillas. Inspirado por el trabajo de los hongos en los árboles, Benítez estudia la capacidad de los hongos de pudrición blanca para degradar el acetato de celulosa de los cigarrillos. En su tesis de 2012, destacó la habilidad de estos hongos para metabolizar la lignina y degradar varios contaminantes.
  5. El proceso de biorremediación, según Benítez González, permite que los hongos de pudrición blanca descompongan hasta el 25% de los componentes tóxicos de las colillas en un periodo de 25 días. Al final del proceso, el hongo se convierte en un polvo que puede ser usado para compostar, mientras que el 75% restante de la colilla, menos tóxico, se mezcla con papel reciclado para fabricar productos como macetas o cuadernos.
  6. Para cerrar el ciclo de reciclaje de las colillas, es crucial la participación activa de la sociedad. Las campañas de concientización deben promover la reducción en el consumo de tabaco o, en su lugar, alentar a los fumadores a recolectar y canjear colillas por productos fabricados con fibra reciclada.