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¿Cuáles son los beneficios de relajarnos?

“Ya relájate”, “Descansa aunque sea un rato”. Es probable que en muchas ocasiones hayamos escuchado estas expresiones que nos sugieren tomar un descanso tras un periodo de agitación. Sin embargo, a menudo desoímos estas recomendaciones debido al ritmo de vida que llevamos o porque estamos demasiado ocupados para hacerlo. No obstante, es esencial hallar momentos para descansar y, de este modo, regular nuestro metabolismo, ritmo cardíaco y respiración.

La relajación, pese a estar subestimada, es fundamental para nuestro organismo. Con el propósito de entender con mayor profundidad su importancia y beneficios, conversamos con el profesor Víctor Manuel Rodríguez Molina, de la Facultad de Medicina de la UNAM, especialista en el tema.

“La relajación es una vía de escape esencial frente a la tensión. Nos beneficia en dos aspectos: permite que la mente se desconecte de las situaciones que le generan tensión, al menos por breves instantes. Además, contribuye a que nuestro cuerpo libere tensiones musculares, las cuales surgen a raíz del estrés”, señaló Rodríguez Molina.

El profesor subrayó la necesidad de practicar la relajación, pues nuestro cuerpo no está habituado a ella. “Es fundamental aprender, incluso desde la infancia, cómo y cuándo relajarnos. Existe una percepción errónea acerca de la relajación, al considerar que es exclusiva de personas religiosas o aquellos con un estilo de vida vinculado a la naturaleza. Sin embargo, es una actividad beneficiosa en cualquier etapa de nuestra existencia”, concluyó.

Los beneficios de relajarnos abarcan:

  • Disminución de la tensión.
  • Reducción de la contracción muscular.
  • Sensación de ligereza.
  • Atenuación del dolor.
  • Mejora en la concentración.
  • Mejor gestión emocional.
  • Regulación de hormonas relacionadas con el estrés.
  • Mayor disposición para aprender.
  • Mejor calidad del sueño.
  • Aumento de la percepción del entorno.

Adicionalmente, un experto de la UNAM señaló otros efectos positivos de la relajación:

  • Control de la presión arterial.
  • Reducción de riesgos cardiovasculares.
  • Mejor oxigenación de tejidos y cerebro.
  • Fortalecimiento del sistema inmunológico.

“La relajación, pese a parecer sencilla, nos permite no solo reducir el estrés sino también potenciar las capacidades de nuestro cerebro, y esto repercute en todo nuestro organismo”, mencionó. No obstante, para que estos beneficios se manifiesten adecuadamente, “es esencial llevar a cabo una relajación integral, atendiendo tanto la mente como el cuerpo, y de manera consistente, durando aproximadamente de 10 a 15 minutos al menos tres veces al día”.

Relajación y meditación

Víctor Manuel Rodríguez Molina enfatizó la importancia de entender que relajación y meditación son dos conceptos distintos, a pesar de que a veces puedan parecernos similares.

“Al referirnos a relajación, hablamos sobre todo de aliviar la tensión que acumulamos, mientras que la meditación se centra en vaciar la mente, pues requiere una concentración plena”, indicó.

Además, puntualizó: “la principal distinción es que, para meditar, no es suficiente alcanzar un estado relajado. La meditación, en esencia, consiste en dirigir toda nuestra atención hacia un objeto, idea, movimiento, sensación, entre otros”.

Tipos de relajación

La relajación no se limita únicamente a técnicas de respiración, sino que engloba diversas actividades. Rodríguez Molina compartió algunas de las acciones que podemos emprender para desconectarnos del día a día:

  • Procrastinar: No de manera intensa; basta con unos cinco minutos de distracción. Esto nos relaja al permitirnos pensar en algo diferente por un breve lapso.
  • Escuchar un audiolibro: Visualizar lo que nos narran nos distrae, ya que centramos nuestra atención en la trama, las palabras y las imágenes descriptivas.
  • Caminar en zonas verdes: Una adecuada respiración oxigena y refresca nuestro cuerpo, facilitando la relajación.
  • Conversar con alguien.
  • Reproducir música tranquila.
  • No es motivo de preocupación si durante estas actividades nos quedamos dormidos; es una reacción natural.

¿Cómo identificar la necesidad de relajarse?

Aunque no existe un manual específico que determine cuándo es preciso relajarse, sí hay indicativos que debemos tener en cuenta. Según Víctor Manuel Rodríguez Molina, algunos de ellos son:

  • Sensaciones corporales: Es vital prestar atención a las señales internas y externas que nuestro cuerpo nos envía, como dolores de cabeza, cuello, espalda o estómago.
  • Estado muscular: La tensión acumulada suele reflejarse en nuestros músculos. Si nos encontramos muy estresados, éstos se contraen, generando una sensación de rigidez, la cual resulta contraproducente.

Ideas destacadas

  1. La relajación es esencial para regular nuestro metabolismo, ritmo cardíaco y respiración, a pesar de que muchas veces la postergamos por el ritmo de vida o compromisos diarios.
  2. Víctor Manuel Rodríguez Molina, de la Facultad de Medicina de la UNAM, indica que la relajación es fundamental para desconectar la mente de situaciones tensas y liberar tensiones musculares que surgen del estrés.
  3. Existe una percepción errónea sobre la relajación, pensando que es exclusiva de personas religiosas o vinculadas a la naturaleza, cuando en realidad es beneficiosa en cualquier etapa de la vida.
  4. Los beneficios de la relajación incluyen: disminución de la tensión, reducción de la contracción muscular, sensación de ligereza, mejora en la concentración, regulación de hormonas relacionadas con el estrés, entre otros.
  5. Otros efectos positivos de la relajación, mencionados por un experto de la UNAM, abarcan el control de la presión arterial, reducción de riesgos cardiovasculares, mejor oxigenación y fortalecimiento del sistema inmunológico.
  6. La relajación, además de reducir el estrés, potencia las capacidades cerebrales y beneficia a todo el organismo, siempre que se practique de manera integral y consistente, dedicando entre 10 a 15 minutos al menos tres veces al día.
  7. La relajación y la meditación son dos conceptos diferentes. Mientras la relajación se centra en aliviar tensiones, la meditación busca vaciar la mente, requiriendo una concentración plena.
  8. Para identificar la necesidad de relajarse es crucial prestar atención a señales que el cuerpo envía, como dolores o tensión muscular. Es importante reconocer y actuar ante estas señales para evitar complicaciones relacionadas con el estrés.