Desde hace algunos días nuestra dinámica ha cambiado, la rutina de pasar tiempo fuera de casa se pospuso, ahora hay que convivir, hacerlo lo más saludable posible y aprovechar este tiempo para reconocerse como familias e incluir a las personas mayores, sector más vulnerable de la pandemia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señalan que este sector de la población son más vulnerables al COVID-19 por la comorbilidad, es decir, por las diferentes enfermedades crónico degenerativas que ya padecen.
Con el envejecimiento se da una disminución de la respuesta homeostática del cuerpo que tiene que ver con el ambiente, el entorno y el curso de vida de las personas, las actividades que hicieron, los accesos a servicios de salud que tuvieron, etcétera, lo que los hace más vulnerables, explicó Marissa Vivaldo, del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV) de la UNAM.
En ese contexto, hay que llevar a cabo acciones solidarias entre vecinos y/ o familiares para que las personas de ese sector no tengan que salir, como medida para protegerlos. “En redes sociales me ha tocado leer que se está dando un fenómeno discriminatorio contra ellos, ya que manifiestan que con las personas mayores ya no es necesario que se invierta en salud porque ya vivieron, pero ante todo se deben preponderar los derechos humanos, así como un trato digno por parte de la sociedad”, señaló la también profesora de la licenciatura Desarrollo comunitario para el envejecimiento en la UNAM.
En México hay 15.4 millones de personas mayores de 60 años, de las cuales, 1.7 millones afirman vivir solos, de esta cifra, el 41.4% son económicamente activas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018.
Hay entidades federativas que cuentan con mayor número de personas envejecidas, como la Ciudad de México, por ello hay que seguir protocolos de aseo y aislamiento muy estrictos con esta población, restringir las visitas pero reforzar las redes de apoyo para mantener comunicación con ellos, refirió.
La académica también mencionó las medidas sugeridas por Peter Lloyd-Sherlock, profesor del Reino Unido, para proteger a este sector cuando acuden a realizar sus pagos de servicios o cobrar sus apoyos sociales, ya que son puntos de concentración; por lo tanto, hay que escalonar los días de pago para evitar que la gente se congregue, que se les dé una hora en especial para atenderlos, que todas las instalaciones tengan acceso al lavado de manos, donde haya dispositivos biométricos tener amplia limpieza, que haya un distancia de un metro entre uno y otro, tanto dentro como fuera de los bancos, establecimientos y supermercados.
Resaltó que para este sector de la población también será necesaria la activación física, sugirió visitar el sitio de cursos multimedia de cuidadores, donde se encuentran tutoriales con ejercicios de activación física para personas que pueden caminar, en silla de ruedas o que se encuentran en cama.
Si está en nuestras manos seguir apoyando a las personas que viven “al día” para evitar un impacto económico en ellas hay que hacerlo, evitar espantarlas y que no vivan esto con más angustia que la que ya ocasiona la epidemia misma, finalizó.