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¿Cómo vivir el duelo por un animal de compañía?

En 2015, la ciudad de Nueva York se encuentra devastada tras el ataque de seres con características similares a los zombis. Los únicos sobrevivientes son Robert Neville, virólogo, y Sam, una perra pastor alemán. La relación entre ambos es estrecha, ya que se convierten en la única compañía mutua.

La cotidianidad de sus vidas se ve alterada por un suceso inesperado. Durante una de sus excursiones, descubren que estos extraños seres les han preparado una emboscada. A pesar de neutralizar la amenaza, Sam resulta gravemente herida e infectada. Neville, buscando evitar que su fiel compañera se convierta en una criatura, toma la dolorosa decisión de sacrificarla. Al día siguiente, sumido en el dolor y el enojo, entierra a Sam, enfrentando la triste realidad de haber perdido a su única compañera.

Si bien este acontecimiento es solo un fragmento de la trama de la película “Soy leyenda” (2008), ilustra el dolor que siente una persona al perder a su animal de compañía. Beatriz Glowinski, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, aborda el proceso de duelo por esta clase de pérdida:

“El duelo por un animal de compañía se asemeja al de un ser querido. Esto se debe a que, en muchas ocasiones, estos animales son considerados como un miembro más de la familia. Son nuestros amigos, compañeros de vida e incluso pueden fungir como terapeutas. El amor que nos brindan es inmenso, y su ausencia deja un profundo vacío”, señala.

Pese a que en México se tiene una tradición de honrar a la muerte, hablar sobre ella puede generar incomodidad. El tema del duelo ya es delicado de por sí, y más aún cuando se trata del fallecimiento de un animal de compañía. Glowinski comenta que es habitual que se busque minimizar este dolor, dado que para muchos, un animal es visto como algo “reemplazable”.

“Muchas veces, este tipo de duelo es menospreciado. Es común escuchar comentarios como ‘puedes comprar o adoptar otro, sigue adelante’, sin entender el significado que ese animal tenía para la persona. Por evitar malos comentarios, quienes viven este proceso optan por no compartir sus sentimientos, lo que puede resultar perjudicial a largo plazo”, afirma.

Según la académica, es fundamental abordar este duelo, ya que no es raro que los dueños desarrollen sentimientos de culpabilidad. Tras la muerte del animal, pueden pensar que no ofrecieron el amor y cuidado necesarios, aunque en realidad sí lo hicieran.

“Si la causa de la muerte es una enfermedad, puede surgir el pensamiento de ‘¿por qué no actué antes?’ o ‘¿por qué no lo llevé al veterinario con antelación?’. Si se trata de un accidente, como un atropello o envenenamiento, surge el reproche de no haber sido lo suficientemente cuidadosos. Sin embargo, la situación más dolorosa es cuando se toma la decisión de sacrificar al animal; aunque se busca su bienestar y evitar más sufrimiento, se tiene la sensación de estar cometiendo un acto cruel. Quienes lo viven de esta manera pueden cargar con ese dolor y culpabilidad durante mucho tiempo”, concluye.

Etapas del duelo

El duelo tras la pérdida de un animal de compañía implica varias etapas. Sin embargo, este no es un proceso lineal, dado que cada duelo es único, y avanzar en una fase no garantiza que no se pueda regresar a ella.

A pesar de las particularidades de cada proceso, en términos generales, se pueden identificar las siguientes etapas:

  • Negación: Incredulidad ante el fallecimiento de nuestro animal o, ante la perspectiva de que, debido a su salud, esto sucederá en breve.
  • Ira: Búsqueda de responsables o, si no los hay, razones que expliquen el lamentable suceso.
  • Negociación: A nivel inconsciente, quien experimenta el duelo puede hacer promesas, incluso a entidades superiores, esperando el retorno de su animal de compañía. Es una fase de fantasía y cansancio mental al buscar constantemente “soluciones”.
  • Depresión: Surge la tristeza al reconocer que, independientemente de nuestras acciones o promesas, la situación no variará.
  • Aceptación: Se alcanza una paz interior al entender que la muerte y otras pérdidas son inherentes a la vida.

¿Cómo decirle a un niño que su mascota falleció?

A menudo, para proteger a los niños, se evita hablar directamente sobre la muerte, lo que complica explicarles la partida de un animal de compañía. Beatriz Glowinski opina que es esencial ser más directos en estos contextos, mostrarse sinceros y confiar en la capacidad intelectual y emocional de los niños para procesar esta información.

“Los niños abordan el tema de la muerte con una apertura notable, procesando y viviendo el duelo de manera más fluida. Si necesitan llorar, lo harán. Si desean expresar su tristeza, lo manifestarán. Es fundamental ser honestos, sin recurrir a inventos como que la mascota simplemente se marchó. Evitar la realidad no les favorece. Si desde jóvenes entienden y enfrentan un duelo, en el futuro les resultará más sencillo manejar pérdidas”, destacó Glowinski.

¿Cómo sobrellevar la pérdida de tu animal de compañía?

Glowinski ofrece algunas recomendaciones para superar el duelo por una mascota:

  • Buscar grupos de apoyo o individuos que hayan atravesado situaciones similares.
  • Conversar con seres queridos sobre las emociones que genera el duelo, sin reprimirse.
  • Realizar un ritual de despedida, como escribir una carta al animal, agradeciéndole los momentos compartidos.
  • Redireccionar el tiempo que se dedicaba al animal hacia otras actividades.
  • Rememorar los gratos momentos y las experiencias positivas brindadas por la mascota.
  • No adquirir o adoptar otro animal hasta sentirse preparado. Si decidimos no tener otro animal de compañía, está bien: superar el duelo no implica necesariamente desear otra.
  • En casos donde el animal era la única compañía de alguien, es vital acompañar y apoyar a esa persona.
  • Considerar la terapia psicológica si el dolor obstaculiza retomar el balance en nuestra vida.

Ideas destacadas

  1. La película “Soy leyenda” (2008) ilustra el dolor profundo que puede sentir una persona al perder a su animal de compañía, a través del personaje Robert Neville y su perra Sam.
  2. Beatriz Glowinski, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, señala que el duelo por la muerte de un animal de compañía es similar al duelo por un ser humano, ya que estos animales son frecuentemente considerados como miembros de la familia.
  3. En México, a pesar de tener una tradición de honrar a la muerte, el tema del duelo por un animal de compañía puede generar incomodidad y ser minimizado, siendo visto por algunos como “reemplazable”.
  4. Es común que las personas que pasan por el duelo de perder a una mascota enfrenten sentimientos de culpabilidad, cuestionando si brindaron el cuidado y amor adecuados o si pudieron haber prevenido la situación.
  5. Las etapas del duelo tras la pérdida de un animal de compañía son: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Cada etapa tiene sus particularidades y no necesariamente se vive de forma lineal.
  6. Beatriz Glowinski destaca la importancia de ser honestos con los niños al explicarles sobre la muerte de una mascota, evitando inventos o evasivas y confiando en su capacidad emocional para procesar la situación.
  7. Glowinski proporciona recomendaciones para superar el duelo por una mascota, que incluyen buscar grupos de apoyo, conversar con seres queridos, realizar rituales de despedida, y considerar la terapia psicológica si es necesario.
  8. En algunos casos, cuando el animal era la única compañía de alguien, se subraya la importancia de acompañar y apoyar a esa persona durante el proceso de duelo.