La política es un tema que apasiona a la gente y cuando se encuentran con alguien con una postura ideológica distinta suelen discutir, se molestan e incluso se tornan violentos. ¿A qué se debe?
Hugo Sánchez Castillo, investigador de la Facultad de Psicología de la UNAM, explicó que la respuesta se encuentra en el sistema nervioso central, particularmente en una región llamada corteza prefrontal dorsomedial. Es la encargada de detectar las características que tiene un discurso y permite que la persona lo interprete (de acuerdo a su propia formación) como una amenaza o un beneficio.
Una persona se alineará con otras que tengan la misma ideología o una característica particular. “Esto nos permite identificar ciertos discursos y tener una idea de lo que nos están tratando de comunicar”.
“Si la activación de la corteza prefrontal dorsomedial es robusta, la creencia será mayor, y por lo tanto, la persona se engarzará muchísimo más, e incluso podría tornarse violento”.
Dependiendo del grado de identificación es el cambio de actividad en la corteza dorsomedial, y en ocasiones, manda una señal al cerebro e inactiva el circuito de la moralidad y así se crea una conducta violenta, donde el sujeto defiende sus ideales a toda costa, para que no sean transgredidos bajo ninguna circunstancia.
En la política
La política no es algo propio de una región o un país, es una concepción de los humanos como especie, particularmente de los primates. “Muchos primates, no humanos, tienen rasgos similares a la política de nosotros”.
Este concepto es un fenómeno ideológico con el cual las personas se identifican. “Es donde surge el problema: si un individuo tiene ideas distintas a las mías se convierte en un conflicto.”
En algún momento, dicha situación se puede convertir en un problema y situar a una persona en contra de otra que posea una ideología totalmente distinta.
Esto se relaciona con factores emocionales y obviamente la política se enlaza con las creencias. “Quizás la política es similar a la religión, es decir, tienes una serie de juicios y valores, te sientes cómodo con esos juicios y te apegas a sus normas y características que te presenten”.
Por ese motivo, cuando surge una protesta o campaña se juntan muchos individuos que poseen la misma ideología, su pensamiento se vuelve consistente, una masa con un mismo fin y objetivo. Ellos ven y defienden lo mismo. En cambio, si se presenta un discurso a personas con distintas creencias políticas interpretarán temáticas diferentes.
Demócratas y Republicanos
En ocasiones, un discurso dentro de la política podría interpretarse como agresivo o amenazante, dependiendo de quién lo escuche. Por ejemplo, el discurso del presidente Donald Trump afirmaba que reforzaría la economía.
En este caso los demócratas lo percibían como una amenaza y se preguntaban, ¿a costa de qué va a defender la economía? Mientras que los republicanos lo veían como algo motivante y pensaban que tendrían mejores empleos. “El mismo discurso es interpretado de manera totalmente distinta”, concluyó el investigador universitario.