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Investigadora de la UNAM encabezará los festejos del centenario de la Unión Astronómica Internacional

La Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés) adelantará un año los festejos de su primer centenario, a cumplirse en el año 2019, y aprovechará la XXX Asamblea General a realizarse en 2018 en Viena, Austria para la celebración, informó la presidenta de este organismo, Silvia Torres-Peimbert, investigadora emérita del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La conmemoración por los cien años de la IUA tendrá lugar en las dos semanas de actividades académicas y culturales programadas para la asamblea del próximo año, en medio de encuentros de ciencia, reuniones y debates sobre los grandes temas astronómicos, que son la esencia de la Unión, comentó la investigadora en entrevista para la Academia Mexicana de Ciencias, de la que es integrante.

En 2018 la Unión planea realizar diez simposios de los cuales siete se llevarán a cabo en agosto –uno de ellos sobre historia de la astronomía—. “También tendremos reuniones temáticas, exposiciones de observatorios y de proveedores; habrá sesiones de carteles, será una actividad muy amplia”. En 2019, cuando se cumpla la especial efeméride de la agrupación internacional, se organizará como parte de los festejos una ceremonia formal para la que se convocará a distintas autoridades como invitados especiales, detalló Torres-Peimbert.

Dos años al frente de la IAU
Silvia Torres-Peimbert tomó las riendas de la IAU en agosto del 2015, durante la XXIX Asamblea General en Honolulu, Hawai, Estados Unidos, y a lo largo de este tiempo comentó que ha tenido muchas satisfacciones, pero también mucho trabajo; dijo que la Unión es una institución que trabaja fuerte para cumplir con su misión de promover y salvaguardar la ciencia de la astronomía en todas sus vertientes a través de la cooperación internacional. Sus miembros individuales —estructurados en divisiones, comisiones y grupos de trabajo— son astrónomos profesionales procedentes de todo el mundo.

“La Unión tiene la tarea de coordinar, promover y apoyar la realización de actividades astronómicas en los distintos campos de esta ciencia. Cada año se efectúan de seis a nueve grandes simposios temáticos”, apuntó Torres y admitió que “uno de los grandes problemas es decidir cuáles serán los seleccionados entre las diversas solicitudes que llegan. Las propuestas se presentan con dos años de antelación junto con una serie de argumentos sobre la importancia de realizar dicho simposio. En esta labor la Unión requiere de la participación de diversos países, así como una proporción adecuada de mujeres. En realidad, hay una multitud de congresos de astronomía cada año, pero los de la IAU tienen estas particularidades”.

La especialista en nebulosas planetarias, regiones HII galácticas y extragalácticas externó que parte de las preocupaciones de la IAU tiene relación con la educación, y este interés se atiende a través de tres proyectos importantes: Astronomía para el desarrollo, Comunicación de la astronomía y Escuelas para astrónomos jóvenes.

Astronomía para el desarrollo es un programa que nació en 2009 a partir del éxito obtenido en 2009, en el marco del Año Internacional de la Luz (800 millones de personas participaron en las actividades en 148 países). “Es un programa innovador y la motivación principal es que estamos convencidos que la astronomía es un instrumento para atraer a los jóvenes a la ciencia y a la tecnología, lo cual, a su vez, puede ser un motor de desarrollo”, consideró Torres-Peimbert.

El programa arrancó oficialmente en 2011, está auspiciado por el gobierno sudafricano y la UAI y se opera desde la oficina en Ciudad del Cabo, en el Observatorio Astronómico de Sudáfrica. Desde ahí se han apoyado más de 110 proyectos en el mundo con diversos enfoques. “El programa se pensó para diez años, pero ahora intentamos extenderlo otra década más, por lo que estamos en el proceso de concertar los acuerdos correspondientes para continuar”, comentó.

Otro programa es el de la Oficina para la divulgación de la astronomía, auspiciado por el gobierno de Japón y por la UAI. La oficina está en Tokio, en el Observatorio Nacional de del país asiático, con el que se busca el acercamiento con los grupos amateurs y el público en general. Hace dos años, por ejemplo, se organizó un proyecto para dar nombre a 14 estrellas y 31 planetas alrededor de ellas; la votación para designar las denominaciones fue nutrida entre los clubes. Esta oficina disemina información sobre las diversas actividades de difusión astronómica en todo el mundo.

Escuela para astrónomos jóvenes es un programa financiado por la Academia Noruega de Ciencias y la UAI. Se estableció desde 1967. A la fecha se han organizado 39 escuelas principalmente en países con poco desarrollo de la astronomía. Son cursos de tres semanas de duración a los que asisten especialistas de diversos temas para enseñar a jóvenes de nivel licenciatura. Estas escuelas generalmente son de carácter regional, la más reciente fue en Addis Abeba, Etiopía, a la que asistieron estudiantes del medio oriente y África.

Lo nuevo en la IAU
Entre los cambios que han ocurrido en los dos años que lleva como presidenta de la Unión, la científica mexicana indicó que se crearon premios anuales para las mejores tesis de doctorado del año en cada una de las nueve divisiones de la IAU y uno más para egresados de países en desarrollo, con esto se “reconoce que hay diferentes condiciones para realizar investigación en los distintos países”.

La Unión está formada por más de 12 mil 500 miembros de todo el mundo, astrónomos profesionales, de los cuales 147 son mexicanos. Existe una relativa proporcionalidad entre el número de miembros y la cuota a cubrir para pertenecer a la Unión, por lo que los representantes de cada país limitan el ingreso a los astrónomos ya consolidados. Esto ha provocado que pocos astrónomos jóvenes sean parte de esta organización.

Para lograr que los astrónomos jóvenes se incorporen a la Unión se impulsa la categoría de “miembro joven” sin costo adicional para la representación nacional. Se trata de incorporar a los jóvenes que concluyeron su doctorado en los últimos cinco años. Se busca que puedan formar parte de la Unión por tres años con una posible renovación. “Esta idea ya ha sido consultada con los representantes de los países y en lo general se ha aceptado, se votará formalmente en 2018 para que sea un hecho. La finalidad de este ingreso es incentivar a los jóvenes a continuar su carrera científica y abrirles un espacio dentro de la organización internacional”, señaló.

Silvia Torres no es la primera mujer en ocupar la presidencia de la IAU ni la primera persona latinoamericana en ocupar el cargo, pero el hecho de que sea la segunda mujer al frente de la Unión es algo muy significativo, ya que las mujeres integrantes de esta agrupación representan sólo el 16 por ciento. “Por ello también es una buena noticia que tengamos otra presidenta electa”, la holandesa Ewine F. van Dishoeck, para el periodo 2018-2021.

La científica reconoció que aun cuando el grupo de investigadores astrónomos en México es pequeño, alrededor de 240, se realizan buenas investigaciones y de gran calidad. Ejemplo de ello es que los científicos mexicanos tienen trabajos en los campos más importantes de la astronomía, en las nueve divisiones que tiene la IAU: Astronomía fundamental, Instrumentación y manejo de datos, Educación y patrimonio, Fenómenos de altas energías, Sol y heliósfera, Sistemas planetarios y bioastronomía, Estrellas y física estelar, Medio interestelar y universo local, Galaxias y cosmología.