Un día, la burra Licha amaneció triste, dejó de comer y comenzó a perder peso rápidamente. Preocupados, sus dueños llamaron a su veterinario de cabecera, quien descubrió la causa: una muela fracturada.
Se trata de una fractura llamada “laja”, como se conoce cuando una pieza dental se fractura, y aunque sea sólo un “pedacito”, es suficiente para exponer las zonas sensibles y causar un gran dolor, explicó Mariano Hernández Gil, profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVyZ) de la UNAM.
Frente a esta situación, sus dueños decidieron llevarla al Hospital de Équidos de la UNAM (que atiende caballos, burros, mulas y cebras), donde le realizaron un diagnóstico completo con radiografías y un examen de la cavidad oral. Mariano Hernández concluyó que la mejor opción era extraer la pieza dañada.
A sus ocho años de edad, a Licha se le considera adulta, pero no senil. De hecho, estos animales pueden vivir hasta 40 años. En su estado natural, los burros consumen forrajes, es decir, plantas que tienen una cantidad muy alta de fibra.
Algunas de estas plantas contienen silicatos, una sustancia similar al cemento que las hace más firmes, pero que también desgasta los dientes de los animales que las consumen. Este fue el origen de la fractura de la muela de Licha.
Atención especializada en el Hospital de Équidos
El Hospital de Équidos, que se ubica dentro de la FMVyZ, está abierto las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y atiende cualquier tipo de emergencia.
En el hospital se realizan cirugías electivas, evaluaciones generales y tratamientos para problemas diversos, desde extracciones dentales y claudicaciones hasta fracturas, explicó Ramés Salcedo Jiménez, responsable de dicho nosocomio.
El hospital también es un centro de formación, en el que participan estudiantes de licenciatura, servicio social, internos, residentes y alumnos de intercambio de otros países.
Todos los casos son supervisados por clínicos del hospital, que cuenta con aproximadamente diez especialistas en áreas como medicina interna, odontología, imagenología, anestesia y cirugía, entre otras.
Aunque en México hay otros hospitales para équidos, como los de la Universidad de Nuevo León, también prácticas privadas en Monterrey, Guadalajara y el Hipódromo de la Ciudad de México, el de la UNAM es el más grande del país y sigue ampliándose.
Actualmente, dispone de dos quirófanos: uno para cirugías de tejidos blandos y de abdomen, y otro para ortopedia y artroscopia. También cuenta con una zona de aislamiento, que no tiene ningún otro hospital de México, y 18 caballerizas.
El año pasado, el hospital atendió unos 350 casos, y este año lleva una cantidad similar. Una de sus ventajas es que no sólo ofrece servicios hospitalarios, sino que también cuenta con laboratorios de microbiología y patología, lo que permite realizar diagnósticos completos.
Todo tipo de servicios
En el Hospital de Équidos de la UNAM se trabaja con equipos de última generación, manejados por profesores especialistas. Ofrece terapias regenerativas, ondas de choque, ultrasonografía, laparoscopia, gastroscopia, endoscopia, artroscopia, rayos X y más, lo que les permite evaluar y tratar una amplia variedad de problemas.
Uno de los casos más comunes es el síndrome abdominal agudo o cólico, en el que el caballo presenta dolor abdominal severo. A estos pacientes se les coloca un catéter en la vena yugular para administrar fluidos y se les realiza un examen clínico, exámenes de laboratorio y ultrasonido para determinar si requieren cirugía o tratamiento médico.
Aproximadamente el diez por ciento de los casos de cólico terminan en cirugía y, de esta cantidad, entre el 85 y el 90 por ciento se recupera y regresa a su hogar. En estos casos, se llama a todo el equipo de emergencia, que incluye al cirujano, al anestesista y a varios veterinarios de los diferentes programas de formación, como maestría, especialidad e internado, entre otros.
El cólico ocurre por diversas razones, como acumulación de gas o impactación de contenido en las vísceras. Los caballos que no responden al tratamiento médico terminan en cirugía. Ochenta y cinco por ciento regresa sano a su hogar, dijo Ramés Salcedo.

Al hospital llegan équidos de la Ciudad de México y de diferentes partes de la República; en ocasiones se practican cirugías de emergencia en animales que hicieron un viaje de entre cuatro y ocho horas. Cuando la patología está muy avanzada y tienen un pronóstico muy malo, se tiene que sacrificar a los caballos.
La recuperación de Licha
Para tratar a Licha, el profesor Mariano Hernández Gil y su equipo realizaron una cirugía con anestesia local, lo que permitió trabajar con el animal de pie y reducir los riesgos asociados a la anestesia general.
Primero, despegaron la encía y la levantaron hasta el hueso alveolar (la estructura ósea que sostiene los dientes); luego, rompieron el ligamento periodontal que rodeaba el diente y, con unas pinzas, extrajeron la pieza dental.
Lo ideal es que el diente salga completo, pero en ocasiones, cuando el diente está débil o infectado, se fractura durante la extracción, y los restos deben retirarse con instrumentos especiales.
Afortunadamente, Licha se recuperó sin complicaciones. El hueco dejado por la muela se cubrió rápidamente con tejido, y, tras la operación, Licha volvió a comer normalmente y recuperó su peso.
Ideas destacadas
- Licha fue llevada al Hospital de Équidos de la UNAM debido a una fractura en una muela, situación que le causaba gran dolor.
- El Hospital de Équidos de la UNAM, ubicado en la FMVyZ, está abierto 24/7 y es el más grande del país, ofreciendo servicios hospitalarios y laboratorios de microbiología y patología.
- Este hospital no solo atiende a équidos de toda la República Mexicana, sino que también es un centro de formación para estudiantes de diversos programas.
- En este nosocomio se llevan a cabo cirugías y tratamientos especializados para atender problemas como el síndrome abdominal agudo o cólico, común en caballos.
- La recuperación de Licha fue exitosa, y gracias a la atención especializada del equipo, pudo volver a su rutina normal.