En el entorno laboral actual, los bibliotecólogos están inmersos en un ecosistema rico en nuevas tecnologías que demanda la ruptura de paradigmas y la adopción de resiliencia ante las cambiantes necesidades de información y las formas en que la sociedad desea recibirla, afirma la directora del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información de la UNAM, Georgina Araceli Torres Vargas.
“La gente podría pensar que tras la pandemia, sólo se busca información digital, pero eso no es del todo cierto. Las generaciones más jóvenes han experimentado estrés por la conectividad y al retomar las actividades presenciales, demandan libros impresos. Ven la biblioteca no sólo como un espacio de estudio, sino también como un lugar para disfrutar de obras y actividades diversas, al estilo de una librería”, argumenta Torres Vargas.
La directora explica que los bibliotecólogos deben evolucionar y ser proactivos, trabajar en equipo, anticiparse a situaciones que exijan funciones distintas a las tradicionales y adaptarse a las cambiantes condiciones de manejo de la información, especialmente en vistas a posibles futuras pandemias.
“Es vital que sigan proporcionando medios impresos y nutriendo las bibliotecas digitales; y a la vez, que exploren cómo los avances recientes, como la inteligencia artificial, pueden ser útiles para ellos”, agrega la doctora en Ciencias de la Información.
Los bibliotecólogos juegan un papel crucial en la transmisión de información para su análisis y reflexión, con el objetivo de generar nuevo conocimiento. Desde los primeros días de las bibliotecas más antiguas, éstas han sido esenciales para facilitar el acceso a la información en cualquier formato, desde tabletas de arcilla hasta libros impresos y ahora, medios digitales.
La UNAM ofrece la licenciatura en Bibliotecología y Estudios de la Información, así como estudios de maestría y doctorado. “Este campo de estudio, considerado como un cuerpo de conocimientos, nos impulsa a generar el entorno necesario para que se utilice la información, no sólo la contenida en los libros; también nos enseña a preservar el conocimiento en cualquier formato, para que las futuras generaciones puedan hacer uso de él”, explica Torres Vargas.
Otra función vital de estos profesionales es la curaduría de bibliotecas, que implica seleccionar los documentos para crear las colecciones basándose en la calidad del contenido y el público al que están dirigidos. También deben preservar la diversidad de los materiales. “Crear una colección para una biblioteca académica como las de la UNAM no es lo mismo que para una biblioteca pública”, puntualiza.
El desafío de la bibliotecología: innovar en tiempos de cambio
En cuanto a la innovación, Torres Vargas sostiene que los bibliotecólogos están en constante evolución y en contacto permanente con las tecnologías. “Fuimos algunos de los primeros profesionales en predecir que la información, nuestro objeto de estudio, cambiaría. Hablamos de ofrecerla en medios electrónicos, de bibliotecas sin paredes, lo que después se conoció como biblioteca virtual”, destaca.
“Hoy en día seguimos haciendo lo mismo, por ejemplo, observando el auge de la inteligencia artificial. Pero en el campo de la bibliotecología, desde el ámbito de la recuperación de información, ya hace tiempo que analizamos las imágenes modificadas. Antes de la pandemia por COVID-19, ya existían bibliotecas digitales con acceso remoto y hemos trabajado para fortalecerlas. Hay muchas tesis en bibliotecología que analizaban el servicio de consulta en línea desde finales de los 90. También fuimos pioneros en educación remota, ofreciendo el primer curso a distancia en el año 2000″, concluye Torres Vargas.
Ideas destacadas sobre bibliotecología
- Los bibliotecólogos enfrentan el desafío de adaptarse a un entorno en constante cambio, impregnado de tecnologías emergentes y cambiantes necesidades de información, demandando una nueva resiliencia y habilidades para anticiparse a futuras situaciones de crisis como pandemias.
- Aunque podría percibirse que el cambio hacia la información digital es total, muchas personas, especialmente las generaciones más jóvenes, aún valoran y demandan libros impresos y el espacio físico de las bibliotecas como un lugar de estudio y disfrute.
- El papel de los bibliotecólogos en el manejo y transmisión de la información es crucial, ya que facilitan su análisis y reflexión para generar nuevo conocimiento. Este papel ha sido constante desde los primeros días de las bibliotecas y sigue siendo esencial en el entorno digital.
- Los bibliotecólogos también cumplen la función vital de curadores de bibliotecas, seleccionando y preservando documentos basados en la calidad del contenido y el público objetivo. Esta función se realiza de manera diferente dependiendo del tipo de biblioteca, como las académicas en comparación con las públicas.
- La profesión de bibliotecólogo está en constante evolución, ya que necesitan mantenerse al día con los avances tecnológicos. Ellos fueron algunos de los primeros en prever el cambio en la forma en que se maneja la información, como la transición a los medios electrónicos y las bibliotecas sin paredes o virtuales.
- Los bibliotecólogos han sido pioneros en adaptarse a los cambios y desafíos en su campo, como la creciente importancia de la inteligencia artificial, el análisis de imágenes y la educación remota, anticipándose a la necesidad de bibliotecas digitales con acceso remoto mucho antes de la pandemia de COVID-19.