José Antonio Azamar Barrios, investigador del Cinvestav Unidad Mérida, se interesó en la albahaca silvestre (Ocimum micranthum Willd) cuando conoció el caso de un campesino que se lastimó el brazo con un machete, y sus compañeros buscaron esa planta para aplicarla a la herida y darle tiempo de llegar al hospital, donde les informaron que ésta ya había cicatrizado.
Azamar Barrios, quien realiza su trabajo científico en el Departamento de Física Aplicada, le llamó la atención que “el médico se sorprendió al ver la herida ya cicatrizada y sólo requirió de una pequeña curación”, entonces el investigador decidió hacer análisis más completos para comprobar si la albahaca tenía propiedades contra heridas e infecciones en la piel.
“Pedí que me consiguieran esa planta en el monte donde trabajaban los campesinos, que la usaron sólo machacada y la aplicaron como una compresa en la herida, eso me motivó para realizar estudios microbiológicos, químicos y celulares de la albahaca, con el propósito de comprobar esas propiedades”, explicó el investigador.
A partir de este hecho se propuso determinar la composición química y funcional de los componentes de la albahaca silvestre o de monte, para lo cual se hizo una evaluación microbiológica de las bacterias estafilococo aureus, bacillus subtilis y seudomona aeruginosa, además del hongo Candida albicans, con el objetivo de identificar las sustancias que la constituyen y podrían tener efectos benéficos.
El grupo de investigación también analizó los componentes químicos que le dan a la albahaca silvestre ciertas propiedades para atender algunas infecciones cutáneas, observaron 24 componentes de la planta y los principales fueron el cariofileno, metileugenol, eugenol, humuleno y eucaliptol.
El conocimiento generado por la investigación se pretende aplicarlo en personas, por ello se realizaron pruebas con células humanas y con las de un modelo animal de ratón a fin de comprobar sus propiedades terapeúticas, al momento los análisis aún se encuentran en procesamiento, porque la investigación inició como una tesis de doctorado que en este momento está en proceso de revisión.
En la realización de los análisis se emplearon dos métodos de extracción: uno hidroalcohólico y otro alcohólico con el propósito de identificar los componentes de la planta y adicionalmente, se obtuvo un aceite esencial, con estos elementos se hicieron todos los estudios para comprobar si la albahaca tiene propiedades cicatrizantes y puede ayudar en las infecciones cutáneas.
Azamar Barrios explicó que con los datos generados en esta investigación “ya se podría desarrollar algún medicamento, principalmente para curaciones, y también podría tener otras aplicaciones biomédicas para la cicatrización de heridas o para ayudar en caso de infecciones cutáneas”.
Los investigadores tienen interés en desarrollar una aplicación médica con un protocolo científico certificado para aprovechar las propiedades terapéuticas de la albahaca de manera más efectiva, porque la planta crece en diversas regiones del país, pero también en Sudamérica y en el estado de Florida, en Estados Unidos.
Si bien ya se habían descrito algunas propiedades benéficas para la salud de la albahaca, el equipo de José Antonio Azamar con sus estudios van descubriendo y comprobando de manera más completa esas virtudes, pero sobre todo proponen novedosos usos, mediante su combinación con otros desarrollos médicos.
Por ejemplo, el jugo de la planta se aplicó en una membrana con quitosano que diseñó Azamar Barrios, para usarla como parche, “el quitosano es un material antibacterial y antifúngico y si a eso le adicionamos el jugo de albahaca éste potencializa el efecto de la membrana para la cicatrización de las heridas”.
La investigación, en la que participa un grupo multidisciplinario integrado por biólogos, fisiólogos celulares, químicos y microbiólogos, fue publicado en la revista científica BMC Complemantary and Alternative Medicine.
“Es importante recuperar el conocimiento tradicional sobre las plantas con propiedades medicinales, para comprobar con protocolos científicos que efectivamente tienen esos efectos y ello seguramente nos podrá conducir a generar una patente y desarrollar algún fármaco por cada planta estudiada, además, desde el punto de visita de materiales también podría generar aplicaciones médicas”, aseguró José Antonio Azamar Barrios.