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A las elecciones de Estados Unidos les faltó un mejor guionista

Aaron Sorkin, uno de los mejores guionistas de Hollywood, decidió escribirle una carta a su hija en la que lamenta el mundo que va a heredar. No le quiere endulzar ni darle esperanzas de lo que viene, según él, con el arribo de Trump a la Presidencia de los Estados Unidos. Lo que más lamenta es no poder ser una figura protectora ante el caos que augura.

Escribe en su carta que Trump es un hombre con “ideas peligrosas”, “desórdenes psiquiátricos”, “sin conocimiento del mundo” ni interés por conocerlo.

Sorkin dice que no sólo ganó Trump, ganaron quienes lo respaldan: el Klan ganó, los Blancos nacionalistas, sexistas, racistas y bufones.
La mente creadora de West Wing soñó e hizo soñar a los que vieron con pasión sus series de TV, con un líder mundial sabio, con un estadista. Su presidente ideal, Joshua Barlett, era demócrata, Premio Nobel de Economía y repartía hasta en la cocina citas en latín. Estaba rodeado de un equipo de primer nivel, y sobre todo, de mentes liberales.

En ese mundo ideal de la televisión, en la lucha entre caballeros, el sucesor de Joshua Barlett, es un latino que decide incorporar a su contrincante republicano como Secretario de Estado.

En las series escritas por Sorkin los políticos pueden ser honestos, e incusive, los periodistas pueden admitir, en el horario prime time, que han mentido, como ocurre en su última serie: Newsroom, en 2012.

Por eso Sorkin, ese Quijote, ese gran lector de Cervantes, está alicaído porque sus ilusiones se desmoronaron con la realidad.

 

Carta publicada en Vanity Fair (extracto):

Sorkin Girls,

Well the world changed late last night in a way I couldn’t protect us from. That’s a terrible feeling for a father. I won’t sugarcoat it—this is truly horrible. It’s hardly the first time my candidate didn’t win (in fact it’s the sixth time) but it is the first time that a thoroughly incompetent pig with dangerous ideas, a serious psychiatric disorder, no knowledge of the world and no curiosity to learn has.

And it wasn’t just Donald Trump who won last night—it was his supporters too. The Klan won last night. White nationalists. Sexists, racists and buffoons.