El espíritu de Elsa Cross –y por extensión su trabajo poético y la materia del que estaba hecho en ese momento– experimentó una gran transformación al visitar el monasterio de Ganéshpuri, en la India hacia el año 1978. El resultado de ese contacto místico fue el poemario Baniano.
Voz imprescindible de nuestra poesía, Cross y Anzaldúa ha recibido distinciones como el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (1989), Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines (1992), Premio Xavier Villaurrutia (2007), Premio Universidad Nacional (2009) y el Premio Roger Callois, otorgado en París (2010).