La delegación que representó a México en la 29 Olimpiada Internacional de Biología (IBO, por sus siglas en inglés), que se realizó en Teherán, República Islámica de Irán, del 15 al 22 de julio, regresó ayer lunes con dos medallas de bronce y una mención honorífica.
Este resultado “es muy bueno considerando el nivel de competencia de los países y el desempeño tan estricto que ha tenido el jurado con el paso de los años en el proceso de calificar, en este caso, a los 280 estudiantes de 70 países que participaron en la capital iraní”, sostuvo Cristina Revilla Monsalve, directora de la Olimpiada Nacional de Biología (ONB), certamen que coordina y organiza la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Cristina Revilla abundó que también ha aumentado el nivel de dificultad del concurso, y que esto se ve cada año; y en relación con los exámenes prácticos señaló que éstos siempre representan un reto para el equipo mexicano, porque a los jóvenes en su formación les falta preparación desde el origen. “De los estados que provienen nuestros estudiantes no cuentan con laboratorios en sus escuelas y por ello se les dificulta realizar pruebas de bioquímica y biología molecular, las cuales requieren de conocimiento, pero también de destreza al momento de manipular el equipo.
Una vez que se hace la selección de los estudiantes con posibilidad de competir en la etapa internacional, el tiempo que resta para prepararlos es muy reducido, un aspecto en el que ya trabaja la investigadora que busca una nueva estrategia para reforzar las habilidades de los jóvenes en laboratorio. “Necesitamos que las entidades federativas se comprometan y jueguen el papel que les corresponde para que los estudiantes tengan apoyo de las universidades y se preparen en el laboratorio y se vuelvan hábiles, porque todo lo que se realiza en la etapa internacional es contra reloj”.
Revilla Monsalve destacó que la AMC juega un papel muy importante, ya que a través de la ONB contribuye a promover en los jóvenes el interés por la investigación, y a que los estudiantes se den cuenta de su talento y se visualicen con un futuro prometedor.
Testimonios
José Santiago Jara Sarracino, de Sonora y 18 años, fue uno de los ganadores de medalla de bronce. Para este joven el certamen resultó ser “una experiencia grandiosa”, porque pudo conocer, junto con sus compañeros de equipo, a personas de todas partes del mundo y darse cuenta del nivel de preparación que se necesita para alcanzar los primeros lugares.
Comentó que, gracias al interés de su maestra de preparatoria que lo invitó a participar en la etapa estatal de esta competencia el año pasado y a que priorizó sus actividades extraescolares, pudo alcanzar su objetivo: llegar a la etapa internacional y volver con una medalla. El sonorense adelantó que buscará convertirse en investigador y su área será la física con enfoque en biología.
Otro estudiante que también volvió al país con una presea de bronce fue Edwin Alejandro Chávez Esquivel, de 18 años y originario del Estado de México, a quien le gustó conocer Irán: “Pensaba que era una nación bélica, pero observé que tiene un buen desarrollo científico y social”, dijo. Y aunque ya no tiene oportunidad de participar en otra ONB, expresó que este certamen fue muy importante para él pues lo orientó a elegir su vocación y ha decidido ser investigador científico.
El michoacano Gerardo Cendejas Mendoza, de 17 años, regresó con una mención honorífica e indicó que estudiará ciencias biológicas gracias a la motivación que le dio la olimpiada. “Esta competencia me sirvió para conocer algo que no sabía y que me gusta tanto”, y gracias a la experiencia que vivió en Teherán, aseguró que se preparará con mayor compromiso para volver a participar en el concurso y si tiene la posibilidad nuevamente de representar al país hacerlo con mejores resultados.
Rodrigo Arieh Díaz de León Martínez, de Durango, fue uno de los cuatro jóvenes seleccionados que integraron el equipo nacional, y la IBO representó para él un gran aprendizaje “muy difícil de conseguir de otra forma”.
La primera asistencia de nuestro país a la Olimpiada Internacional de Biología fue en 1999 y tras 19 años México ha conseguido una medalla de oro, tres de plata, 22 de bronce y dos menciones honoríficas.