El Instituto Nacional de Antropología e Historia, en colaboración con el museo del Templo Mayor, abre sus puertas a la exposición temporal “La Reina Roja, el viaje a Xibalbá”.
Nombrada originalmente en Maya “Tz’akbu Ajaw”, fue esposa del rey Pakal “el Grande” y es considerada una mujer muy poderosa por su conocimiento en las artes de hechicería por los vestigios con los que fue encontrada.
La muestra inaugurada por miembros y directivos del recinto y la institución busca resaltar los accesorios y joyas que vestía la sacerdotisa, así como el resultado de las investigaciones sobre la vida de ese personaje.
Patricia Ledesma Bouchan, directora del Templo Mayor, expresó satisfacción por recibir por una corta estancia en ese recinto las valiosas piezas provenientes de Nueva York.
“Como arqueólogos buscamos descubrir a los humanos a través de los objetos que usaron o desecharon. Logramos saber muchas cosas sobre los hombres y las mujeres del pasado y a medida que avanza la tecnología y nuestro saber científico es obtener más de lo que podamos conocer.
“Sin embargo es poco probable que sepamos el sonido de sus voces, su música, si tuvieron hijos o si vivieron felices. En la exploración encontramos una relación con los restos de la vida humana, en este caso no sólo lo que tenemos ahí, sino una larga experiencia de una larga investigación, la de Arnoldo González y su equipo”, explicó.
Expuso que la mujer que fue encontrada ha sido estudiada por años y se dedicaron cientos de horas de estudio a su restauración con el fin de poder recibir esas piezas como la mayor fuente de información; ahora se sabe que fue reina de Palenque.
En abril de 1994 el arqueólogo mexicano Arnoldo González excavaba en el Templo XIII de Palenque donde antes habían descubierto la cámara mortuoria del gobernante Pakal “El Grande” y ahora la historia se repetía con el sarcófago de la llamada Reina Roja.
Las investigaciones para conocer la identidad del personaje en la tumba cubierta en su totalidad de rojo cinabrio comenzaron de inmediato.
El cuerpo había sido ataviado lujosamente con una máscara de malaquita, tocado, diadema en el cráneo con el que se coronaba reconocida en las tradiciones Mayas y un par de cuentas de piedra verde.
Dentro del sarcófago se encontró un incensario y un malacate de hueso sobre la lápida que no tenía inscripción, lo que la hacía más misteriosa.
Del lado poniente los restos de un niño de entre 8 y 11 años decapitado y en el oriente una mujer sin corazón de entre 25 y 35 años. Ambos conforman el cortejo que debía acompañar a la maga en su viaje al reino de los muertos de Xibalbá.
El museo se engalana en recibir los objetos que formaron parte del hallazgo encontrado en este sitio arqueológico hace 24 años, mascaras funerarias, vasijas navajillas y lascas de silex u obsidiana, pirita, huesos y conchas.
“Este personaje tenía que recorrer un largo camino y hasta la fecha lo sigue recorriendo, años que el equipo del arqueólogo excavó esta tumba y continua en este descubrimiento. Estamos orgullosos de que esas piezas se hayan presentado en este museo porque hicieron un trabajo excelente”.
En la exposición se hace honor al ajuar “aunque no está todavía completo porque como les mencionaba es un aproximado a cómo debería ser el ajuar”, declaró Arnoldo González Cruz, director del Proyecto Arqueológico Palenque.
La exposición temporal “La Reina Roja, el viaje a Xibalbá” estará en el museo del Templo Mayo del 27 de julio al 9 de septiembre.