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Yoshinori Ohsumi, un biólogo celular que recibió el Nobel por revolucionar el área biomédica

Es extraño que el Nobel en Fisiología o Medicina se otorgue a un solo individuo y este año fue peculiar por ello, pues el único ganador en esta categoría fue Yoshinori Ohsumi “por revelar los mecanismos detrás de la autofagia, un proceso fundamental para degradar y reciclar componentes celulares”.

“Recibí la llamada en mi laboratorio y me tomó por sorpresa, sobre todo porque me lo dieron a mí en solitario, pues somos muchos quienes trabajamos en este campo”, expuso el galardonado en una entrevista telefónica dada a conocer por la página del premio.

Una de las integrantes del grupo que mencionó el japonés es Susana Castro Obregón, investigadora en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, quien desde hace casi dos décadas ha desarrollado en México estudios para determinar las bases moleculares de la regulación de este proceso.

“La autofagia es crucial para sobrevivir y cuando sus mecanismos se alteran puede producir padecimientos frecuentes e importantes como cáncer, diabetes o enfermedades neurológicas o del sistema inmune. Así, un mejor entendimiento en esta área es relevante, pues ayudaría a llevar una vida más saludable. Identificar cuáles son los genes que dan pie a esto se cuentan entre los méritos que le ganaron el Nobel a Ohsuni”, expuso la académica.

La palabra autofagia significa “comerse a uno mismo” y es un mecanismo genético molecular de las células para identificar lo dañado en su interior a fin de que lo deteriorado sea engullido por una suerte de vesículas en su interior, las cuales “a manera de un Pacman, detectan qué se debe remover o reciclar”, refirió Castro Obregón.

Esto sirve para que las células obtengan energía y materiales de manera rápida en caso de estrés, inanición o si deben reaccionar ante una infección. “De hecho, una de las situaciones donde más se emplea es cuando éstas requieren nutrientes; mediante esta vía ellas degradan proteínas no muy necesarias, rompen sus aminoácidos, los reciclan y así sintetizan proteínas más esenciales”.

Una revolución de conocimiento

Yoshinori Ohsumi inició con estos trabajos en la década de los 90 con modelos de levadura de cocina a fin de establecer símiles con lo que pasa en el organismo de los mamíferos, sin imaginar que esto le abriría camino a uno de los campos que más interés despiertan en el área de la biomedicina.