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Vicente Guerrero y los afrodescendientes en la Independencia de México

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Nota original de: Ciencia UNAM
Autora:  María Luisa Santillán, Ciencia UNAM-DGDC
https://ciencia.unam.mx/leer/1168/vicente-guerrero-y-los-afrodescendientes-en-la-independencia-de-mexico
Fecha de publicación de la nota original: 22 de septiembre de 2021[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]
Vicente Guerrero de origen indígena y afromexicano fue el segundo presidente de México

El 28 de septiembre de 1821 concluye oficialmente la Guerra de Independencia en México, que once años antes había iniciado con el avance de las tropas insurgentes dirigidas por Miguel Hidalgo y Costilla. En este proceso histórico las poblaciones afrodescendientes también jugaron un papel importante, las cuales se fueron conformando desde que llegaron los primeros africanos a nuestro país en el siglo XVI.

En muchas regiones del México colonial, durante más de dos siglos se fue dando un proceso de mestizaje entre población indígena, africana y española. Por ejemplo, en el siglo XVIII, en la capital de Guanajuato, 7 de cada 10 mulatos se casaban con miembros de otro grupo social, principalmente con indígenas y, en menor medida, con mestizos y españoles.

El historiador y estadista Fernando Navarro y Noriega, quien realizó un cálculo aproximado de la población en la Nueva España, señaló que para 1810 había 6 millones 100 mil habitantes, de los cuales la población no blanca, o sea, la no española, alcanzaban los 5 millones, es decir, un poco más del 80% de habitantes cuando nace el México independiente eran indígenas, mestizos y de origen africano.

“En los cálculos que hemos hecho con los datos expuestos por Navarro y Noriega, calculamos que en el comienzo de la lucha por la independencia de México existían cerca de un millón de mulatos, pardos, morenos, negros, zambos y moriscos, términos que eran los nombres de las castas con los que se conocían a la población de origen africano”, explica el doctor Marco Antonio Pérez Jiménez, del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad de la UNAM.

  • En la época que se da la guerra por la Independencia de México, también otros países centroamericanos y sudamericanos están luchando por independizarse y entre los grupos que integraban estas luchas se encontraba población de hombres y mujeres afrodescendientes e indígenas.

Afrodescendientes en ambos lados

Durante la lucha por la Independencia, el papel de los afrodescendientes es muy importante porque hay cientos de miles de castas afro indígenas que se levantan con Miguel Hidalgo y con José María Morelos.

Sin embargo, explica el universitario que “si bien, en los años siguientes, aunque los líderes Morelos e Hidalgo son asesinados a manos del ejército realista, las y los afrodescendientes continuaron participando activamente en el proceso de independencia, por ejemplo, forman parte importante de los ejércitos de Agustín de Iturbide y de Antonio López de Santa Anna, siendo actores claves en la consumación de la Independencia de México”.

El investigador del proyecto Afroamérica. La tercera raíz (adscrito al PUIC), comenta que no todos los afrodescendientes fueron parte del lado insurgente, ya que hubo batallones de esta población fieles a la corona española, a los cuales se les conocía como milicias de pardos y morenos; cuerpos militares donde se admitieron a las personas de origen africano para convertirse en soldados y dedicarse a la carrera militar.

Estos batallones de pardos y morenos defendieron la Nueva España hasta el final de la consumación de la Independencia, siendo el batallón asentado en San Juan de Ulúa, el último en rendirse hasta 1821 en la fortificación ubicada en el puerto de Veracruz.

“Los afrodescendientes estaban en ambos bandos, como sujetos históricos ellos toman sus decisiones, recordemos que había un ascenso de gente muy importante por medio de las armas, la población de origen africano eran de los pocos gremios que realmente podía ascender y además de hacerlo socioeconómicamente también había un ascenso de su estatus, porque portaban los blasones de la realeza, defendían al rey, entonces era una cuestión de estatus y de orgullo, pero había miles y miles de afrodescendientes que se encontraban empobrecidos, como los llamados léperos, considerados como las clases peligrosas que decidieron levantarse con los ejércitos insurgentes”.

  • Se consideraba como léperos a aquellos individuos de origen afro indígena, empobrecidos, que se decía que eran criminales, holgazanes, ebrios, traicioneros, estigmas que se les asignó desde la época de la conquista con los esclavizados huidos o “cimarrones”.

Personajes destacados

Uno de los personajes principales en la guerra de independencia cuyos orígenes son indígenas y afromexicanos es Vicente Guerrero, quien además fue el segundo presidente en nuestro país, en 1828.

El doctor Pérez Jiménez señala que en la historia de México ha pasado como uno de los pocos que en ese momento reconoció su ascendencia mulata. No fue así el caso de José María Morelos, otro héroe de la Independencia.

“Eso fue raro, por ejemplo, Morelos, que en su acta de bautizo fue clasificado como mulato, posteriormente pasa por un proceso de blanqueamiento y en la entrada al seminario es catalogado como mestizo; es completamente entendible que Morelos quisiera escapar a esa etiqueta, porque con ella no hubiera podido ingresar al seminario ni tomar los hábitos; el racismo que se vivía en la época de la Colonia, como hoy, incidía en la vida de las personas indígenas y afrodescendientes”

Finalmente, con la consumación de la Independencia una de los logros de los afrodescendientes fue la abolición de las castas y, por lo tanto, se les consideró que ante la ley mexicana todos eran ciudadanos por igual; sin embargo, señala el doctor Pérez Jiménez, hay que analizar el proceso de cómo llegaron estas poblaciones históricamente a la promulgación de la igualdad jurídica.

Por ejemplo, dice, los españoles llegaron con una tradición de la posesión de tierras de tres siglos, desde los primeros conquistadores que, por medio del sistema de encomiendas, se apropiaron de millones de hectáreas, a diferencia de la población de origen africano, que en tiempos coloniales tuvo como una de sus prohibiciones –dirigida a los esclavizados– el poseer propiedad privada, así como poder heredar tierras a sus descendientes

“Entonces, es ahí donde está la ilusión, al afirmar que todos somos iguales, pero se ve realmente una distribución desigual de los derechos de estas poblaciones desde ese momento, por eso hablamos que hay una marginación histórica que podemos ver hasta hoy en día”, advierte el investigador.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]