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Un estudio sugiere que la contaminación está relacionada con el aumento de transtorno bipolar y depresión

Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Chicago (UChicago) sugiere un vínculo significativo entre la exposición a la contaminación ambiental y un aumento en la prevalencia de trastornos neuropsiquiátricos.

Basado en el análisis de grandes conjuntos de datos de la población de los Estados Unidos y Dinamarca, el estudio, fue publicado en PLoS Biology.

Nuestros estudios muestran que vivir en áreas contaminadas, especialmente temprano en la vida, es predictivo de trastornos mentales“, dijo el biólogo computacional Atif Khan, primer autor del estudio. “Estas enfermedades neurológicas y psiquiátricas, tan costosas tanto en términos financieros como sociales, parecen vinculadas al entorno físico, particularmente a la calidad del aire“.

En el estudio, utilizando una base de datos de seguros de salud de los Estados Unidos, de 151 millones de personas con 11 años, pacientes hospitalizados y ambulatorios con enfermedades neuropsiquiátricas. Compararon la geoincidencia de los pacientes con las mediciones de 87 contaminantes atmosféricos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de los Estados Unidos. Los condados con la peor calidad del aire tuvieron un aumento del 27% de incidencia del trastorno bipolar y un aumento del 6% en cuanto a depresión, en comparación con aquellos con la mejor calidad del aire. El equipo también encontró una fuerte asociación entre el suelo contaminado y un mayor riesgo de trastorno de la personalidad.

Debido a que estas correlaciones parecían inusualmente fuertes, el equipo buscó validar sus hallazgos aplicando la misma metodología en datos de otro país. Para ello utilizaron datos de Dinamarca, país que rastrea los indicadores de calidad ambiental en áreas mucho más pequeñas que la EPA.

El equipo de la UChicago colaboró ​​con los investigadores de Dinamarca, para analizar los registros nacionales con datos de 1,4 millones de personas nacidas en Dinamarca entre 1979 y 2002. Los investigadores examinaron la incidencia de las enfermedades neuropsiquiátricas en adultos daneses que habían vivido en áreas con mala calidad ambiental hasta su décimo cumpleaños.

Las asociaciones que el equipo encontró, especialmente para el trastorno bipolar, reflejaban que en Estados Unidos: un aumento del 29% para aquellos en los condados con la peor calidad del aire. Al utilizar los datos daneses, que son más precisos, el equipo encontró que las exposiciones en la primera infancia se correlacionaron aún más con la depresión (un aumento del 50%); con esquizofrenia (un aumento del 148 %); y con trastornos de la personalidad (un aumento del 162 %) que las personas que crecieron en áreas con la mejor calidad de aire.

Hasta ahora, los científicos han encontrado asociaciones modestas entre las variantes genéticas individuales y la enfermedad neuropsiquiátrica. Este hecho llevó a Rzhetsky, que ha estado estudiando las raíces genéticas de una amplia variedad de enfermedades neuropsiquiátricas durante más de dos décadas, a buscar otros factores que podrían desencadenar o contribuir al mecanismo de la enfermedad.

Khan, Rzhetsky y el equipo trabajaron en el proyecto durante más de dos años, mejorando sus modelos con análisis matemáticos adicionales y fuentes de datos. Sin embargo, sus hallazgos no están exentos de controversia: otros investigadores en el campo han señalado que esta correlación sustancial todavía no confirma que la contaminación realmente desencadene las enfermedades. El trabajo previo de Rzhetsky sobre la correlación entre la calidad del aire y el asma, que utilizó una metodología similar, no encontró resistencia por parte de las revistas o la comunidad científica en general. Rzhetsky agrega que en experimentos con animales expuestos a la contaminación, los animales muestran signos de deterioro cognitivo y síntomas de comportamiento similares a la depresión.

Si bien el estudio no abordó la cuestión de cómo la contaminación del aire podría desencadenar efectos neuronales, una gran cantidad de estudios experimentales en modelos animales sugiere que los productos químicos contaminantes afectan las vías neuroinflamatorias y preparan el escenario para problemas posteriores del desarrollo neurológico, muchos de los cuales ocurren al final de infancia cuando los niños se convierten en adultos.

Fuente: UChicago

Artículo: “Environmental pollution is associated with increased risk of psychiatric disorders in US and Denmark” PLoS Biology Aug. 20, 2019.