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Terminó la Jornada Nacional de Sana Distancia

La epidemia continúa desarrollándose de forma creciente en prácticamente todo el país, por lo que el riesgo de contagios sigue latente.

Aunque se han habilitado más camas de las existentes, la saturación de los hospitales es un riesgo real que debe considerarse en todo momento de manera local y evitarse al máximo.

Se debe mantener el confinamiento voluntario cuando menos dos semanas más, procurando salir de casa únicamente a asuntos indispensables (compra de alimentos y medicinas, atención de enfermos, trabajo esencial).

En caso de salir a la vía pública, debe utilizarse en todo momento un cubrebocas que tape la nariz y la boca y, en la medida de lo posible, una careta de acrílico que cubra todo el rostro, y desinfectar frecuentemente las manos con alcohol, especialmente cuando se esté en sitios concurridos. Es recomendable que los gobiernos de todos los niveles apoyen a la población para contar con este equipo de protección.

Si bien la principal forma de contagio es por medio del contacto cercano y directo con una persona enferma, las personas asintomáticas también pueden transmitir el virus, sobre todo quienes han sido contactos de enfermos o personas que hayan muerto por la COVID-19, por lo que deben extremarse precauciones al respecto.

Para evitar brotes de casos hacia el interior de los domicilios, se debe contar con estrategias de control en caso de que uno de los miembros del domicilio tenga síntomas respiratorios. Tales como desinfección frecuente de superficies, higiene de manos y uso de cubrebocas por todos los habitantes del domicilio.

En las áreas de trabajos esenciales que estén funcionando de manera regular, es importante que se establezcan protocolos que garanticen la seguridad de todos los usuarios y quienes ahí trabajen, tales como el uso de cubrebocas, mascarilla y uso frecuente de alcohol.

La protección de toda la comunidad comienza a nivel individual.

La protección del personal de salud debe ser prioritaria, y en todo momento deben de contar con equipo de protección personal y capacitación sobre su adecuado uso y el manejo de riesgos.

Las personas que tengan enfermedad respiratoria que pudiera ser la COVID-19 y que tenga factores de riesgo para que se complique (diabetes, obesidad o sobrepeso, presión arterial alta, enfermedades del corazón o los pulmones, cáncer en tratamiento, inmunosupresión) deberán buscar atención médica

Aún no hay un tratamiento efectivo contra el virus, por lo que deben evitarse los tratamientos empíricos no probados sin advertir los riesgos e implicaciones.

El desarrollo de una vacuna segura, efectiva y accesible contra la COVID-19 puede tardar cuando menos 12 meses en estar disponible de forma limitada.

Es importante implementar medidas de detección oportuna de casos y sus contactos, a fin de poder aplicar medidas de prevención de contagios y complicaciones.

La evaluación de los riesgos específicos de cada comunidad (escuela, oficina, empresa, comercio, fábrica, área pública) debe considerar los riesgos específicos en función de las actividades que ahí se realicen, y se deben de hacer todos los esfuerzos para mitigarlos.

El seguimiento de la evolución de la epidemia, tanto a nivel nacional como a nivel local, será determinante para implementar las acciones de reapertura gradual en las próximas semanas.

En la Universidad Nacional Autónoma de México seguiremos trabajando en respuesta a esta situación, y reiteramos nuestro compromiso con la comunidad universitaria y con la sociedad en general.