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FES Cuautitlán apuesta por sustentabilidad y desarrollo profesional formativo

La ganadería es una de las actividades que más gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera, responsable de la cuarta parte de gas metano que es producido en todo el planeta. Esto ha contribuido de manera significativa al calentamiento global, tema que preocupa a las sociedades de cara al futuro de nuestra especie.

De acuerdo con un reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el ganado ha sido el causante de gran parte de los cambios medioambientales debido en gran medida al incremento poblacional y la cada vez más alta demanda de alimentos de origen animal.

Sobre este tema, los excrementos son un punto de la discusión, pues el mal tratamiento de las mismas puede perjudicar el aire, el suelo y el agua, ocasionando cambios en el ecosistema y graves problemas de salud en los seres vivos.

En ese contexto, la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM implementó un proyecto que ha aprovechado los desechos orgánicos de los caballos del Hospital de Equinos para elaborar composta, iniciativa que contribuye a la enseñanza de los estudiantes y refleja el compromiso de la Universidad con el mundo.

El objetivo académico y ambiental

Manejo de Residuos Orgánicos es el nombre del programa que transforma en composta los desechos orgánicos generados en las áreas agropecuarias de la facultad, lo que favorece la formación educativa de Ingeniería Agrícola (IA) y Medicina Veterinaria y Zootecnia (MVZ). El equipo de trabajo es encabezado por el maestro Rubén Vargas Márquez, coordinador de la carrera de IA.

Juntos, en esta primera etapa del proyecto, han trabajado con el excremento de los caballos del Hospital de Equinos que la última vez generó 120 toneladas que fueron procesadas y puestas a la venta a productores frutales de Hidalgo, y de granos en Querétaro.

Una parte sustancial de la idea del programa es mostrar a los universitarios, desde un punto de vista de sustentabilidad ambiental, pero también de responsabilidad social, el proceso de producción animal en su inicio y conclusión, de modo que puedan comprender globalmente su labor como profesionistas.

“La cuestión es que para producir algo se requieren de insumos y evidentemente habrá desechos. Es compromiso del propio especialista cuidar que éstos no se vuelvan un problema sanitario o ambiental”, destacó el doctor Jorge López Pérez, jefe de la División de Ciencias Agropecuarias.

El proceso

La composta es un abono orgánico que se obtiene de una controlada degradación microbiana de residuos como hojas, ramas, cáscaras y estiércol, entre otros, cuyas propiedades mejoran las características del suelo y sirven como fuente de nutrientes a plantas y microorganismos.

Para llevar a cabo este proceso, el equipo de la facultad determina el volumen, peso y caracterización del material recopilado mediante un muestreo de prefactibilidad, paso que les permite establecer la relación nitrógeno-carbono (N/C) necesaria para descomponer los residuos, en los que también se incluyen las cenizas del horno incinerador recientemente adquirido por la FES Cuautitlán.

Posteriormente, adicionan agua de acuerdo con la cantidad de deshechos y se realiza una inoculación (técnica de Bocashi) a través de levaduras que los fermentan hasta alcanzar los 75 grados centígrados, una temperatura superior a la estipulada por la Norma Ambiental NADF-020-AMBT-2011 y la NOM-004-SEMARNAT-2002, que garantiza la calidad sanitaria de la composta. Una vez realizado, se cubre con una cubierta plástica.

Todo ello se lleva a cabo en 17 días, durante los cuales se revisan diariamente los niveles de temperatura y humedad a fin de confirmar la calidad del producto. Sin embargo, se hacen pruebas para disminuir de siete a 10 días este proceso, lo que ayudaría a descomponer en menor tiempo los volúmenes más grandes.

El futuro del proyecto

En el proyecto intervienen la División de Ciencias Agropecuarias, el Hospital de Equinos, el Centro de Enseñanza Agropecuaria e Ingeniería Agrícola y se producen en promedio 20 toneladas de composta bimestralmente. Sin embargo, se busca la colaboración de la carrera de MVZ y de los diferentes módulos de producción del CEA.

Y es que una parte crucial de esta iniciativa formativa para los estudiantes es proyectar sus beneficios a toda la FES Cuautitlán, que involucre todas aquéllas áreas de producción animal que generen materiales orgánicos (bovinos, caprinos, ovinos, equinos, aves y cunicultura). Se estima que se puedan recaudar al año 600 toneladas en todos los campus de la Facultad.