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Ser poeta en México es una vocación

“Para que la poesía esté en nuestras vidas es necesario leer poesía, pensar poesía, comer poesía, soñar poesía y entender que seguir una pasión, seguir un sueño, si bien siempre es un riesgo, es quizá el riesgo más satisfactorio que uno puede tener”, destacó César Cañedo, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) y del Centro de Enseñanza Para Extranjeros (CEPE) de la UNAM.

Orgulloso de pertenecer a la comunidad Puma y agradecido con la Máxima Casa de Estudios por todo lo que le ha dado, Cañedo fue galardonado con el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2019, “por su lenguaje dinámico que logra transmitir la liricidad de lo doméstico y lo familiar”.

El poeta compartió con UNAM Global su experiencia al participar en el certamen y dijo sentirse emocionado e incrédulo ante la noticia. “Para mí es un sueño de vida, un sueño logrado que esperé y trabajé mucho tiempo. Es el premio más importante de la tradición poética mexicana y es causa de mucha, mucha felicidad”.

Señaló que el tema central de su libro Sigo escondiéndome detrás de mis ojos, es el destino que traemos en el ADN, el cual puede ser social, familiar, amoroso, económico o político. Asimismo, expresó que con su poemario muestra cómo el hombre y la mujer lidian con las diferentes maneras de estar en el mundo con ese “destino”.

Ser poeta en México

Cañedo aseguró que la labor del poeta en México, además de ser una vocación, es un desafío, pues hay que ser poeta pese, o en complemento, a la profesión, la vida y la familia.

“La poesía nos permite entender la naturaleza humana, la poesía nos da la posibilidad de entender por qué sentimos lo que sentimos, por qué nos enojamos cuando nos enojamos, por qué las emociones profundas pueden compartirse y pueden significar mucho para muchas personas. Pienso que quien quiera trabajar poesía deberá entenderlo como un trabajo, como un compromiso, como una pasión que hay que llevar hasta sus últimas consecuencias y dejar que la poesía florezca”.