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Proceso, a 40 años

El diarismo nacional no puede dejar pasar una fecha como la del 6 de noviembre, aniversario 40 de la Revista Proceso, nacida en 1976, meses después del golpe que el presidente Echeverría le dio al periódico Excélsior.

Después del 8 de julio de ese año, y de algunos infructuosos intentos por recuperar el diario por parte de Julio Scherer y varios directivos, se decidió seguir presentes en la vida nacional con una publicación. Esa sería, a la postre, la revista Proceso.

Once días después del Golpe a Excélsior se hizo una reunión para recaudar fondos en el hotel María Isabel. Fue todo un éxito. Casa llena. El equipo de recepción no se daba abasto.

Ese día, Miguel Ángel Granados Chapa anunció la puesta en venta de acciones de dos nuevos proyectos: una agencia de noticias, Comunicación e Información S.A. de C.V. (CISA) y una revista semanal, aún sin nombre. La cuota: 500 pesos de aquellos.

Fue un tumulto. Más de dos mil personas abarrotaron el lugar, con la presencia de cualquier cantidad de personajes de la política, actores, intelectuales, suscriptores al Excélsior de Scherer, estudiantes, periodistas, empresarios. Algunos de ellos, Juan Sánchez Navarro, Juan Villoro, Porfirio Muñoz Ledo, Rogelio Cárdenas Sarmiento, Pepe Carreño Carlón, con Josefina, su mujer, Horacio Flores de la Peña, José Luis Cuevas, José Represas, José Pagés Llergo, quien prestó a la naciente empresa una oficina en las calles de Dinamarca, donde fue la primera redacción de CISA, que empezó en agosto de ese año a brindar noticias a unos 15 diarios del interior de la República.

Ahí estábamos, veinteañeros, Jorge Ramírez de Aguilar, Víctor Manuel Juárez, Carlos Reynaldos, Manolo Robles, Agustín Gutiérrez Canet, David Siller, Roberto Hernández… recibiendo a los invitados, quienes extraían de sus carteras dinero en efectivo, el cual se lo pasábamos a Elenita Guerra, Laura Medina y a Martha Sánchez. La venta de acciones era todo un suceso.

Sirva este ejercicio de memoria para recordar a Vicente Leñero, Dolores Cordero, Patricia Torres Maya, Marco Aurelio Carballo, Samuel I. del Villar, Pepe Reveles, Rafael Cardona, René Arteaga, Miguel López Azuara, Enrique Loubet Jr., Martha Anaya, Abelardo Martín, Roberto Martínez Maestre, Carlos Ferreyra, José Carmona Nenclares, Pedro Ocampo Ramírez, Hero Rodríguez Neuman, Hero Rodríguez Toro, Enrique España  y más, muchos más que escapan del archivo de mi memoria.

Después de este multitudinario evento, un mes después, Raquel Tibol y Pedro Álvarez del Villar organizaron una subasta de venta de cuadros donados por artistas solidarios. Fue un éxito y de ahí salió una parte del capital para Proceso, aunque voceros oficiales deslizaban nombres de prominentes empresarios y políticos eran quienes habían financiado el nacimiento de la revista.

Semanas antes de salir a la luz pública, Proceso se mudó a la que ha sido su casa de siempre, en la colonia Del Valle: Fresas 6. Inmueble que años después fue adquirido, así como una propiedad adyacente, donde el semanario construyó un edificio. Ése seis de noviembre Proceso inició su historia, con un tiraje de 100 mil ejemplares. Todo un acontecimiento.

A lo largo de este tiempo, Proceso sufriría embates, provenientes de las cúpulas tanto empresariales y políticas, de una restricción de publicidad, tanto oficial como privada, pero a pesar de eso, la revista ha sobrevivido, en momentos por la propia venta directa de sus ejemplares. El camino no ha sido fácil, pero sigue vigente como un referente periodístico

A lo largo de estos ocho lustros, Proceso se ha convertido en una especie de conciencia del país, dándole voz a los desposeídos, cuestionando actos de corrupción, de malos manejos públicos, de irregularidades, se ha convertido en una permanente migraña para los gobiernos en turno. Siempre en defensa de la libertad de expresión, una publicación responsable, que cuestiona al poder.

Ahora, de la publicación impresa, Proceso ha accedido a la era digital. No ha perdido su esencia. Y de la mano de su actual director, Rafael Rodríguez Castañeda, nos muestra, semana a semana, la cruda, indignante a veces, realidad del México donde vivimos.

Ha sido, desde su fundación, una revista donde han tenido cabida todo tipo de voces y expresiones, que, a lo largo de estos años, ha defendido a ultranza la libertad de expresión, aunque sus detractores señalen que en sus páginas sólo se muestra lo peor del país.

Sirva esta rememoración para saludar a este hebdomadario que ya creció, maduró, y, a pesar de los pesares, es referente obligado en México. Feliz aniversario, Proceso.