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Potente antibiótico que proviene de una hormiga brasileña

La medicina se transformó en el siglo XX por el descubrimiento y desarrollo de antibióticos, la gran mayoría provenían de una fuente: las bacterias.

Pero parece que hemos abusado de esa oferta. La resistencia de los patógenos (causantes de enfermedades) a los antibióticos está aumentando, poniendo en peligro millones de vidas.

Pero la misma clase de bacterias que nos dio muchos de nuestros antibióticos, conocidas como Streptomyces, no solo crea su hogar en el suelo sino en todo, incluso en los insectos. Cameron Currie, un profesor de bacteriología de la Universidad de Wisconsin-Madison (UW), ha demostrado que algunos de estas bacterias se asocian a insectos y les brindan a sus anfitriones protección contra las infecciones, lo que sugiere que los insectos y sus microbiomas pueden ser una fuente rica de antibióticos para uso en medicina humana.

Con este conocimiento, el equipo de Currie, se propuso a realizar una búsqueda exhaustiva de bacterias de más de 1,400 insectos que fueron recolectados en diversos entornos en América del Norte y Sur, el equipo encontró que las bacterias que son “transportadas” por insectos a menudo poseían mejores capacidades, que las bacterias del suelo, para detener algunos de los patógenos resistentes a los antibióticos más comunes y peligrosos.

Más de la mitad de esos insectos albergaban los “tipos correctos” de bacterias. En total, los insectos proporcionaron más de 10,000 microbios para probar. El equipo aisló otras 7,000 cepas de fuentes de suelo o planta. Luego vinieron los experimentos, muchos de ellos.

El verdadero poder en nuestro estudio es que lo hicimos 50,000 veces“, dice Marc Chevrette, colaborador del estudio en la UW.

Esos 50,000 ensayos probaron la capacidad de cada microbio para inhibir el crecimiento de 24 bacterias y hongos diferentes, muchos de los cuales, como el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina, que representa amenazas graves para la salud humana.

En su trabajo publicado en Nature Communications, los científicos descubrieron un nuevo antibiótico que llamaron cyphomycina, proveniente de una hormiga (Cyphomyrmex) que cultiva “jardines de hongos” que usan para alimentarse, estas hormigas llevan potentes bacterias antibióticas (del género Pseudonocarida) en huecos especiales en sus cuerpos, que ayudan a controlar un parásito que podría arruinar su cultivo fungoso.

Cyphomycina fue eficaz en pruebas de laboratorio contra hongos y bacterias resistentes a la mayoría de los otros antibióticos y combatió las infecciones sin causar efectos secundarios tóxicos en un modelo de ratón. Los investigadores han presentado una patente basada en esta proteína debido a su efectividad en estas pruebas tempranas, preparando al equipo para su importante trabajo adicional requerido antes de que pueda convertirse en un nuevo medicamento utilizado en la clínica.