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¿Por qué la vida en la Tierra era grande al principio?

Algunos de los primeros organismos complejos en la Tierra se hicieron grandes no para competir por la comida, sino para una mayor dispersión de sus crías en la medida de lo posible.

Un estudio publicado en ‘Nature Ecology and Evolution’, dirigido por la Universidad de Cambridge, descubrió que los organismos más exitosos que vivían en los océanos hace más de 500 millones de años fueron los que pudieron “arrojar” a sus descendientes lo más lejos posible, colonizando así su entorno.

Antes del periodo Ediacara, entre 635 y 541 millones de años atrás, las formas de vida eran de tamaño microscópico, pero durante el Ediacara aparecieron organismos grandes y complejos, algunos de los cuales, como un tipo de organismo conocido como rangeomorfos, crecieron tan grandes como dos metros.

Estos organismos fueron algunos de los primeros organismos complejos en la Tierra, y aunque parecen helechos, pueden haber sido algunos de los primeros animales en existir, aunque es difícil para los científicos estar completamente seguros. Los organismos ediacaranos no parecen tener bocas, órganos o medios de movimiento, por lo que se cree que han absorbido nutrientes del agua a su alrededor.

A medida que los organismos ediacaranos se hicieron más altos, sus formas corporales se diversificaron, y algunas desarrollaron estructuras parecidas a tallos para mantener su altura. En los entornos modernos, como los bosques, existe una intensa competencia entre los organismos por recursos como la luz, por lo que los árboles y las plantas más altos tienen una ventaja obvia sobre sus vecinos más pequeños.

Mitchell y su coautora Charlotte Kenchington, de la ‘Memorial University of Newfoundland’, en Canadá, examinaron los fósiles de Mistaken Point en el sudeste de Terranova, uno de los sitios más ricos de fósiles de Ediacara en el mundo. Investigaciones anteriores plantearon la hipótesis de que el aumento en el tamaño fue impulsado por la competencia por nutrientes a diferentes profundidades de agua; pero el trabajo actual muestra que los océanos de Ediacara eran más como un buffet libre.

COLONIZACIÓN DE ÁREAS
Como los organismos ediacaranos no eran móviles y se preservaron en el lugar donde vivían, es posible analizar poblaciones enteras a partir del registro fósil. Usando técnicas de análisis espacial, Mitchell y Kenchington encontraron que no había correlación entre la altura y la competencia por la comida. Los diferentes tipos de organismos no ocuparon distintas partes de la columna de agua para evitar competir por los recursos, un proceso conocido como escalonamiento.

“Si estuvieran compitiendo por comida, entonces esperaríamos encontrar que los organismos con tallos tuvieran niveles muy altos –explica Kenchington–. Pero encontramos lo opuesto: los organismos sin tallos eran en realidad más escalonados que aquellos con tallos, por lo que los tallos probablemente cumplieron otra función”.

Según los investigadores, una función probable de los tallos sería permitir una mayor dispersión de la descendencia, que se produce mediante la distribución de pequeños propágulos. Los organismos más altos estaban rodeados por los grupos más grandes de crías, lo que sugiere que el beneficio de la altura no era más comida, sino una mayor posibilidad de colonizar un área.

“Si bien los organismos más altos habrían estado en aguas de flujo más rápido, la falta de niveles en estas comunidades muestra que su altura no les dio ninguna ventaja clara en términos de absorción de nutrientes –dice Mitchell–. En cambio, la reproducción parece haber sido la principal razón por la que la vida en la Tierra se hizo grande cuando lo hizo”.

A pesar de su éxito, los rangeomorfos y otros organismos de Ediacara desaparecieron al comienzo del periodo Cámbrico hace unos 540 millones de años, un periodo de rápido desarrollo evolutivo cuando la mayoría de los principales grupos animales aparecen por primera vez en el registro fósil.

 

Fuente: https://www.nature.com/articles/s41559-018-0591-6