Explora unam global tv
Explora unam global tv
explorar
Explora por categoría
regresar

Plantas tóxicas y animales venenosos, un peligro para las mascotas

Las intoxicaciones en perros y gatos ocurren con bastante frecuencia. Generalmente, son los cachorros los más afectados debido a su curiosidad por explorar el entorno que los rodea. También se necesita tener en mente que muchos de estos organismos representan cierta toxicidad en humanos, sobre todo en los niños pequeños.

En ese contexto, los felinos se intoxican con menor incidencia debido a que son más selectivos al momento de utilizar algún elemento para jugar; los perros, por el contrario, muerden y tragan objetos con mayor insistencia.

En este sentido, investigadores del Laboratorio de Bioquímica de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de la Plata, realizó una clasificación de las plantas ornamentales tóxicas que provocan con mayor frecuencia intoxicaciones en mascotas, así como de los insectos y animales venenosos que son comunes en los jardines y en el hogar.

Las plantas

Existen plantas que poseen estructuras microscópicas en sus hojas que, si son mordidas, pueden provocar irritación intensa de la boca y la lengua y otras estructuras anatómicas cercanas. Cuando nuestra mascota se expone a ellas es necesario lavarle la boca con abundante agua y llevarla de inmediato a la clínica veterinaria. Estas intoxicaciones no suelen ser peligrosas y son:

Ciertas plantas producen frutos que pueden resultar atractivos para los caninos. En el caso del “cinamomo” (Melia azedarach), si los frutos son consumidos provocan un cuadro gastroentérico de gravedad variable (caracterizado por vómitos y diarrea), e incluso, problemas neurológicos. Otros, como el “francesino” o jazmín paraguayo (Brunfelsia sp.) pueden provocar una variedad de signos que afectan al aparato digestivo, corazón y al sistema nervioso. De ocurrir la ingestión de los frutos de alguna de estas plantas, puede desarrollarse un cuadro grave que requiere pronta atención veterinaria.

Otras mucho más peligrosas que pueden conducir a la muerte de tu mascota.  Es el caso de la “laurel de flor o trinitaria” (Nerium oleander) es de las plantas más venenosas del mundo (posee oleandrina, toxina que actúa sobre el corazón). Otra especie de planta representa un peligro para los felinos, el “lirio” pues puede provocar daños graves en sus riñones, especialmente si el animal es muy joven.

Insectos y animales venenosos

Entre los arácnidos, las arañas y escorpiones son el grupo más temido y sólo unos pocos representan peligro, que en el mismo caso de las plantas, también son una amenaza para los humanos.

Entre ellos se encuentra “la araña violinista” (Loxosceles sp.) y la “viuda negra” (Latrodectus sp.). Suelen encontrarse dentro de los domicilios, pero no son organismos agresivos, los accidentes ocurren porque las arañas son pisadas o molestadas, ya sea a propósito o accidentalmente.

Hablando de escorpiones, los cuales todos poseen veneno pero sólo algunos son peligrosos, como los del género Tityus, su picadura provoca intenso dolor local y posibles manifestaciones sistémicas.

En cuanto a las serpientes u ofidios, los envenenamientos más frecuentes ocurren por la mordedura de las “terciopelo” (género Bothrops), encontrada en el Sur de México. El veneno de estas serpientes es una mezcla compleja de sustancias capaces de provocar gran daño local caracterizado por hinchazón, hemorragia y necrosis (muerte de tejidos), aunque también son posibles los daños sistémicos (distantes al sitio de la mordedura), como sangrado, daño muscular, renal, entre otros.

La mayoría de anfibios son venenosos, eso sí, no quiere decir que sean peligrosos para los humanos, pocos pueden afectar a la salud. Algunas especies de sapos poseen glándulas especiales que producen una mezcla de sustancias tóxicas capaces de provocar gran irritación en la lengua y boca (mucha salivación) y en algunos casos signos cardíacos y nerviosos. Es fundamental que, si una mascota lame o muerde un sapo, el propietario lave rápidamente la boca con agua (con una manguera, por ejemplo) y acuda al veterinario.

Fuente: Universidad Nacional de la Plata