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Películas para niños capaces de cambiar el mundo

[vc_row][vc_column][vc_column_text]La cineasta alemana Katja Benrath y su colega singapurense Raymond Tan conversaron acerca de las condiciones de la producción de películas dirigidas al público infantil en sus respectivos países, durante el primer día de actividades en la UNAM del 24 Festival Internacional de Cine para Niños (…y no tan niños).

Tras la proyección de su película Rocca en la Sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario, Katja Benrath comentó que en Alemania existe una creciente industria del género infantil. La nominada al Oscar en 2018 por el corto documental Watu Wote, plasmó en su primer largometraje la aventura de una niña de 11 años que se muda a la casa de su abuela en Hamburgo, Alemania, mientras su padre cumple una misión espacial y ella enfrenta un juicio a fin de demostrar que está capacitada para vivir sin la custodia de un adulto.

En el camino para lograr su independencia y ganarse el corazón de su abuela, Rocca se vuelve una figura de las redes sociales gracias a su labor en favor de los indigentes y, sobre todo, por la extraordinaria hazaña con la que inicia la cinta: el aterrizaje de un avión con 180 pasajeros.

Los estudios Warner propusieron a la cineasta el guión del cual, dijo, se enamoró inmediatamente, por lo que aceptó dirigirlo pese de la dificultad de enfrentarse a una súper producción. “Nunca te enseñan en la escuela a trabajar con niños y animales, y en la película hubo escenas con 70 niños y tenía ocho ardillas para interpretar al amigo de Rocca, fue un gran reto. Además, por las leyes de trabajo infantil sólo podían permanecer seis horas en el set, y de éstas tres en filmación. No filmamos en orden cronológico y el reto fue también encontrar la continuidad emocional”.

Rocca está impregnada de un aire fantástico que la vuelve aún más entrañable, reconoció la directora. “Es un poco un cuento de hadas, pero, salvo el hecho de que difícilmente una niña podría aterrizar un Boeing, la película es acerca de problemas reales. El personaje está basado en la hija del guionista, quien todo el tiempo hace preguntas difíciles, y creo que ella podría ser capaz de cambiar el mundo. Para mí lo más importante es que los niños que vean la película crean en ellos mismos. Conozco a muchos niños que quieren cambiar el mundo, y quizá lo logren si creen que pueden hacerlo”, comentó.

Michael Harbauer, director del Festival Internacional de Cine para Niños y Jóvenes Schlingel de Chemnitz, Alemania, apuntó que en su país en la última década de 900 películas que se han producido solo el 10 por ciento se han dedicado al cine para niños, y se trata, sobre todo, de adaptaciones de libros populares. Debido a ello, recientemente se creó un fondo para producciones originales. “Se presentan a concurso seis guiones y se eligen dos para filmar, con un tope de 2 millones de euros por película. Además hay fondos regionales que trabajan conjuntamente y ya están empezando a buscar historias infantiles”.

La historia en Singapur es distinta, explicó por su parte el director Raymond Tan, pues su industria fílmica está apenas surgiendo. “No hay realmente cine para niños. La población consume sobre todo el cine de Hollywood y solo hay un pequeño espacio para el cine nacional, y aún menor para el infantil. Los productores no arriesgan porque saben que difícilmente verán su dinero de vuelta”.

Ante esta situación, el director y sus productores organizan talleres de cine en escuelas de Singapur. La película que presenta en el festival mexicano, Los niños Wayang, es resultado de esta actividad y está inspirada en la creciente presencia de niños con necesidades especiales en escuelas regulares, donde los profesores aún no están capacitados para tratar con ese tipo de alumnos.

“El modelo que encontramos es dar talleres de producción en las escuelas y cada dos o tres años realizamos una película con esos alumnos. Como saben de producción, sugieren temas o tratamientos y les hacemos caso, porque eso los motiva a hacer un mejor trabajo en el set”, comentó.

LowKwangHoe, productor de la cinta, relató que fue filmada con cinco niños que estuvieron involucrados en todo el proceso de realización. “Son niños –uno de ellos autista-, que nunca habían actuado y representan la multiculturalidad de Singapur, donde convive una población inmigrante de los cuatro países que lo rodean(Indonesia, Malasia, Tailandia y Filipinas)”.

Rocca y Los niños Wayang son dos estrenos en América Latina que ejemplifican la diversidad de las producciones que presenta el 24 Festival Internacional de Cine para Niños (…y no tan niños), organizado por la asociación civil La Matatena, que se realizará el 11 de agosto en la Sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario, así como en la Cineteca Nacional, el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario de Texcoco y la Red de Faros de la Ciudad de México

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