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Peces aberrantes sobrevivieron a la extinción de los dinosaurios

Su supervivencia fue posible por el cambio de hábitos ecológicos que les permitió migrar a aguas profundas. Unos tenían el cuerpo con forma de balón de futbol americano y otros eran largos como serpientes. Algunos tenían dientes de sable. Su centro de origen y dispersión a Europa y Medio Oriente corresponde a lo que era México en el Cretácico, según registros fósiles

Hace 120 millones de años, vivieron peces aberrantes en los mares someros de todos los continentes. Unos tenían, por ejemplo, el cuerpo con forma de balón de futbol americano, mientras que otros eran serpentiformes.

La extinción masiva que hace 66 millones de años incluyó a los dinosaurios también arrasó con el 90 por ciento de estos peces prehistóricos.

Los encodóntidos, de gran diversidad y abundancia sobre todo en el Cretácico tardío, eran peces pertenecientes al grupo de los aulopiformes.

Sobre ellos, habla para UNAM Global Jesús Alberto Díaz Cruz, doctor en ciencias biológicas por la UNAM y autor de la investigación Revisión taxonómica de los peces fósiles del suborden Enchodontoidei de México y sus implicaciones en la sistemática, biogeografía y evolución del grupo.

“Depredadores depredados, comían peces más pequeños, pero eran presa también de mosasaurios y otros reptiles marinos. Vivían en mares someros, donde abundaban los nutrientes”.

Los peces aulopiformes que sobrevivieron a la extinción del Cretácico evolucionaron hasta nuestros días. Luego de un largo proceso de adaptación, parientes de los aulopiformes prehistóricos viven ahora en aguas profundas.

Peces emparentados

Según los registros fósiles, éstas son las diferencias entre los aulopiformes prehistóricos y los actuales:

  1. Hay huesos o partes óseas que no se parecen en nada. Sin embargo, los aulopiformes actuales conservan estructuras como los arcos branquiales o agallas similares a las formas fósiles, signos que indican que están emparentados.
  2. En el formato general del cuerpo son muy distintos y sus adaptaciones ecológicas son completamente diferentes.
  3. Los peces encodóntidos eran morfológicamente muy diversos: unos eran casi redonditos, como un balón de fútbol americano, y otros largos como una serpiente. También había algunos con formas intermedias del cuerpo. Díaz Cruz ha estudiado fósiles de peces encontrados en Coahuila con tamaños corporales de hasta 70 cm.
  4. De los aulopiformes, algunos presentan dientes grandes, en ambas mandíbulas, para cazar. Son llamados peces dientes de sable. El tamaño de los dientes es variable, alcanzando hasta más de 6 cm, según el grupo y los descendientes.
  5. Los peces del grupo actual más cercano a los aulopiformes prehistóricos también son llamados dientes de sable o peces lanceta. Tienen ojos grandes, cuerpo alargado (de 60 a 70 cm, según el estado de desarrollo) y la aleta dorsal muy grande, lo cual recuerda al pez vela. Viven en las costas de México, sobre todo en el Pacífico.

Por qué sobrevivieron a la extinción

Hace 90 millones de años, los continentes tenían otra conformación. En lo que hoy es Canadá, Estados Unidos y México había un mar, el Mar Interior de América del Norte. En ese corredor marino vivieron los peces aulopiformes prehistóricos.Peces aberrantes sobrevivieron a la extinción de los dinosauriosEl Mar Interior cubría el 80 por ciento del territorio mexicano. Por eso se han encontrado peces fósiles desde Coahuila hasta Chiapas.

Una hipótesis de por qué sobrevivieron a la extinción del Cretácico, que se llevó a los dinosaurios, es que algunos descendientes de peces aulopiformes que vivían a 200 metros de la superficie cambiaron de hábitos ecológicos (quizá ya exploraban diferentes zonas para alimentarse) y pudieron migrar hacia aguas más profundas.

México, ¿centro de su origen y dispersión?

Según la investigación de Díaz Cruz, en México habitaron los aulopiformes más antiguos. Se cuenta con un registro casi completo desde su origen hasta su extinción.

Algunos de los fósiles están bajo resguardo del Museo de Paleontología Eliseo Palacios Aguilera, en Chiapas, y el Museo de Paleontología de Múzquiz, en Coahuila.

El primer registro de este grupo data de hace unos 120 millones de años; el último se remonta a hace 60-70 millones de años. Tener registros de diferentes edades —dice el paleontólogo universitario— sugiere que el grupo de aulopiformes prehistóricos se conectaba con mares de lo que ahora es Medio Oriente y Europa.

Allá se han encontrado muchos géneros de estos peces, pero los de México son los más antiguos. Esto da pie a varias hipótesis; entre otras, una que postula que “aquí pudo haber sido el centro de origen y dispersión”.

Los primeros peces aulopiformes eran pequeños, de unos siete a 10 cm de longitud, según registros reportados en México. Y ya al momento de su extinción, alcanzaron una talla de más de metro y medio.

Es un ejemplo de la regla de Cope: cuando recién aparece una especie, es pequeña, pero a lo largo del tiempo evolutivo su tamaño corporal va aumentando.

Caracterizan impacto de la extinción

—¿Cuáles son las aportaciones de tu investigación?

El reconocimiento de cinco nuevas especies, entre ellas tres nuevos géneros de peces. Uno fue nombrado Unicachichthys multidentata, el pez multidentado de la UNICACH, en reconocimiento a mi alma máter, la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
Peces aberrantes sobrevivieron a la extinción de los dinosaurios

Estamos caracterizando la paleoictiofauna del territorio mexicano, reportando nuevos géneros, e incluso reportando grupos que están presentes en Europa o Medio Oriente pero que alcanzaron a estar aquí en México. También estamos entendiendo las dinámicas de dispersión que tuvieron estos grupos.

—¿Estudiar a estos peces prehistóricos cómo ayuda a caracterizar mejor el impacto de la extinción masiva de finales del Mesozoico?

Los datos sobre los impactos de las extinciones masivas apuntan a que se ha extinguido entre un 60% y un 90% de la fauna, pero si no se estudia o caracteriza toda esta diversidad marina que existió hace 100 millones de años, difícilmente podemos tener una mejor aproximación de cuál fue el impacto del meteorito y de esta extinción.

El estudio de los peces fósiles nos ayuda:

  1. A caracterizar la diversidad marina que existió en el territorio mexicano durante el Cretácico.
  2. A saber el número de especies que existían, hacer inferencias de sus hábitos y, de esta manera, ver cuál fue el impacto real de la extinción.

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