Explora unam global tv
Explora unam global tv
explorar
Explora por categoría
regresar

Mujeres, la apuesta de gobierno en Etiopía

En un hecho sin precedentes, el pasado 25 de octubre el Parlamento de Etiopía designó por unanimidad a Sahle-Work Zewde como presidenta del país, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar la jefatura de Estado.

Este cargo -o de Primer Ministro- se suma a los que en su momento tuvieron Angela Merkel en Alemania (2005); Cristina Fernández en Argentina (2007); Dalia Grybauskaite en Lituania (2009); Dilma Rousseff, en Brasil (2011); Ellen Johnson-Sirleaf, en Liberia (2006); Portia Simpson Miller en Jamaica (2006); Michelle Bachelet, en Chile (2006); Kolinda Grabar-Kitarovic, en Croacia (2015); Laimdota Straujuma, en Letonia (2014); Sheikh Hasina Wajed, en Bangladesh (2009); Helle Thorning-Schmidt, en Dinamarca (2011); Kamla Persad-Bissessar, en Trinidad y Tobago (2010); Alenka Bratusek, en Eslovenia (2013); Marie-Louise Coleiro Preca, en Malta (2014); Park Geun-hye, Corea del Sur (2012); Simonetta Sommaruga, en Suiza (2015); Catherine Samba-Panza, en República Centroafricana (2014), y Erna Solberg, en Noruega (2013).

La designación de Sahle-Work Zewde se dio una semana después de que el Primer Ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, anunciara una histórica reforma a su gabinete: la disminución de 28 a 20 ministerios, de los cuales, la mitad son ocupados por mujeres (Defensa, Paz, Comercio, Transporte, Trabajo, Cultura y Ciencia, éste último encaminado a proyectos de equidad e inclusión).

Estos vientos de cambio fueron necesarios debido a la inestabilidad social y política imperante en el territorio africano, que se agudizaron con protestas sociales y enfrentamientos entre grupos políticos y militares que desencadenaron encarcelamientos de políticos y la muerte de civiles.

Al ser Etiopía el país más poblado de África, con una diversidad étnica de tradiciones patriarcales muy arraigadas, Abiy Ahmed restableció relaciones diplomáticas con Eritrea, con el fin de emprender una campaña de estabilidad política de integración social.

De acuerdo con Rubén Peña Carmona, especialista en estudios africanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, a pesar de que existen ciertos desafíos que aún no se han podido superar, estos últimos años han servido para que los líderes africanos se percataran de dos cosas: poner en práctica la máxima africana de “soluciones africanas a problemas africanos”, es decir, no adoptar soluciones desde fuera. Y poner en la agenda de la Unión Africana el tema del empoderamiento de la mujer.

En la estructura de las sociedades africanas, el papel de la mujer es muy importante dentro de las comunidades. Al ser las transmisoras de la educación, ellas pueden ser un elemento de prevención de conflicto al inculcar la cultura de la inclusión entre sus hijos. Y en un contexto de posconflicto, ser ellas un factor de reconciliación.

A juicio de Peña Carmona, dentro de la Unión Africana la participación de la mujer ya es muy evidente. En el camino del empoderamiento puede verse cómo éstas han ocupado cargos públicos importantes.

En Malaui, Joyce Banda fue presidenta de 2012 a 2014 y es ubicada como la tercera mujer más poderosa del continente africano; por otro lado, Ellen Johnson-Sirleaf fue presidenta de Liberia de 2006 a 2018 convirtiéndose en la primera mujer presidente electa en África, y en 2012, Nkosazana Dlamini-Zuma se convirtió en la primera mujer que presidió la Comisión de la Unión Africana.

En el caso particular de Etiopía, localizada en una de las regiones con más pobreza y hambruna del continente, los trabajos en torno al empoderamiento de las mujeres y los jóvenes se refleja a través de la voluntad política de sus gobernantes. Es de llamar la atención que Adís Abeba, su capital, además de ser la sede de la Unión Africana, también es la base de organismos internacionales.

“Sin embargo, una cosa es lo que se puede percibir en la capital en cuanto a las oportunidades para las mujeres, y otra muy distinta es lo que sucede en las áreas rurales, donde el sistema patriarcal es más fuerte y las oportunidades laborales son menores para las mujeres y los jóvenes”, acotó Peña Carmona.

En este contexto, el académico universitario expresó que a pesar de tomar en cuenta el tema de la inclusión en la agenda política, la vida de la mujer en Etiopía no va a cambiar de la noche a la mañana sólo porque la Casa de la Federación haya asignado la presidencia a una mujer: “esto requiere de tiempo y de trabajo en conjunto”.

Sin embargo, refirió que durante su estancia en el país africano, el sentimiento que se percibe es de cambio.

“Sin quitarle peso a lo que representa la designación de una mujer como presidenta, hay que entender el perfil de ella. Es una mujer que aunque estudió en Etiopía, su formación académica fue en el extranjero, ella se formó en Francia. Pero el sólo hecho de su designación son signos positivos para la participación política de las jóvenes mujeres etíopes”.