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#MeToo da voz a las mujeres mexicanas violentadas

El movimiento #MeToo vio la luz en redes sociales para denunciar el acoso y agresión sexual que sufren las mujeres, sin embargo, en los últimos días ha tenido cariz particular por mujeres, del ámbito académico, quienes levantan la voz.

“El resurgimiento del movimiento pone en la escena pública cómo en los espacios de formación académica, cultural y artística del país hay una marcada violencia de género contra las mujeres”, enfatizó Nelly Lucero Lara Chávez, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM.

Explicó que la violencia de género no es propia de ciertas clases sociales o ciertos sectores que no tienen formación académica, sino todo lo contrario, el movimiento está develando que la violencia en el patriarcado es un problema estructural y que existe más allá de que las personas tengan formación académica y capital económico.

Con respecto a que las denuncias sean anónimas, Lara Chávez expresó que “muchos hombres están haciendo este señalamiento de por qué hacerlo en el anonimato, se trata de una estrategia de revertir una de las imposiciones del patriarcado, ya que históricamente se les orilló a vivir en él, muchas de las formulaciones artísticas y creativas que ellas hicieron fue justamente desde ese lugar, nunca mencionar su nombre”.

Esa negación de su identidad, la no visibilización de sus condiciones se convierte en estrategia política para dar cuenta de lo que está sucediendo. Asimismo, se está develando también la manera desigual en que enseñan a relacionar a las mujeres, “estamos viendo hombres con poder económico que terminan relacionándose con mujeres más jóvenes y con menos poder, cuando existe desigualdad estructural sigue operando a lo largo de la vida de estos vínculos”.

En ese contexto, que sean mujeres ilustradas quienes hagan esa crítica en términos sociales, es para Lara Chávez el inicio de una posibilidad de transformar a la sociedad y a las estructuras.

“Hay que darle una dimensión jurídica para desarticular esas formas de violencia, tendríamos que ser más estratégicas y hacernos de un andamiaje en términos jurídicos y económicos para enfrentar la respuesta que articulará el patriarcado”.

Finalmente, la académica mencionó que “nuestra generación se está encargando de develar y transformar la violencia de género contra las mujeres desde el interior de las instituciones académicas, que son un eje prioritario a nivel social, porque es justamente aquí donde se construyen las posibilidades reflexivas de transformar lo que sucede allá fuera”.