Explora unam global tv
Explora unam global tv
explorar
Explora por categoría
regresar

Lavado de oídos: ¿qué es y para qué sirve?

 

Los oídos son un órgano complejo y esencial para el ser humano. Gracias a ellos podemos recibir informaciones sonoras, y también contribuyen para mantener el equilibrio de nuestro cuerpo. Por ello, es necesario cuidarlos, ya que no hacerlo puede generar consecuencias irreversibles.

Pero ¿cuál es la manera correcta de cuidar nuestros oídos? ¿Los cotonetes realmente son funcionales? ¿En qué momento es conveniente realizar un lavado de oídos y para qué sirve? En caso de ser necesario, ¿con qué frecuencia lo debemos hacer?

El Dr. Silvio Jurado Hernández, especialista en otorrinolaringología y académico de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM, recomienda no hacer uso de los cotonetes, pasadores u otros objetos pequeños para limpiarse los oídos, ya que puede ser contraproducente por dos razones:

  1. se pueden dañar los oídos, al grado de ocasionar una perforación timpánica.
  2. se puede provocar un tapón de cerumen.

El cerumen, que usualmente es lo que retiramos cuando nos limpiamos con alguno de los objetos antes mencionados, cumple una función necesaria en nuestro oído: lo protege. Elaborada por las glándulas ceruminosas, esta sustancia se suele drenar sola y no causa problemas.

Sin embargo, hay dos factores que pueden intervenir para que el cerumen se vuelva molesto:

  1. Que las glándulas ceruminosas produzcan esta sustancia en exceso.
  2. Que nosotros, al limpiarlo, no permitamos el proceso de higiene que tienen de manera natural nuestros oídos.

En ambos escenarios podemos generar un tapón de cerumen, que puede causar pérdida de audición o problemas como zumbidos, sensación de oídos tapados o vértigo.

Para evitar un tapón de cerumen, Jurado Hernández indicó que es necesario realizar un lavado de oídos, procedimiento sencillo que se realiza de la siguiente manera:

  1. Se sostiene la cabeza erguida y se endereza el conducto auditivo externo, sosteniendo la oreja y jalando suavemente hacia arriba.
  2. Se utiliza una jeringa llena de agua para dirigir suavemente un pequeño chorro contra la pared del conducto auditivo cerca del tapón de cerumen.
  3. Se inclina la cabeza para permitir que drene el agua.
  4. Se repite la irrigación cuantas veces sea necesario.

El especialista universitario indicó que este procedimiento únicamente lo deben realizar aquellas personas que tengan sus oídos íntegros, es decir, “aquellos que no tienen el oído perforado o alguna enfermedad en éste”, y que tengan un exceso de cerumen, ya que el lavado no se sugiere realizar de manera frecuente porque la remoción excesiva de esta sustancia no es benéfica.

Actualmente es muy sencillo conseguir en internet kits de limpieza para los oídos. Sin embargo, el especialista advirtió que una persona no debe realizarse un lavado de oídos por sus propios medios, ya que, aunque se pueda ver sencillo, hay factores importantes a tomar en cuenta. Entre otros:

  • Saber qué tipo de cerumen bloquea los oídos.
  • El agua que se utiliza debe estar a una temperatura similar a la del cuerpo (37°C).
  • No usar aceites ni agua oxigenada.
  • Conocer la fisonomía de los oídos.

De igual manera, el Dr. Jurado Hernández indicó que este procedimiento implica ciertos riesgos. Se puede contraer una infección, usualmente porque no se seca el canal auditivo correctamente después del lavado. Además, podemos sufrir perforación del tímpano, surgimiento de vértigo o pérdida temporaria de la audición. Por lo tanto, es necesario que un especialista realice el lavado. “Es un método sencillo y no doloroso, pero que se debe realizar con cuidado. Cuando el lavado se hace de manera correcta, los pacientes suelen sentir mucho alivio y escuchan claramente mejor en comparación a como estaban antes”, agregó.

Finalmente, Jurado Hernández aconsejó a quienes tengan una molestia en los oídos no diagnosticarse inmediatamente un tapón de cerumen, ya que muchas veces tienen otro padecimiento. Deben asistir al otorrinolaringólogo, quien les dará la adecuada asistencia médica.