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La violencia no es natural, se aprende

La violencia es un comportamiento social del que nadie escapa y está dirigida a ciertos sectores de la población, señaló Tania Rocha Sánchez, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM.

En el caso de la mujer, ONU Mujeres acotó que el 35 por ciento de la población femenina mundial ha sufrido alguna clase de violencia por parte de su compañero sentimental, estas cifras no contemplan agresiones sexuales.

En entrevista para UNAM Global, Rocha Sánchez explicó la existencia de diferentes clases de violencias y entre los factores que las desencadenan se encuentran la situación económica del país, la educación y la seguridad.

“La violencia no necesariamente obedece a un mecanismo de defensa, tiene una intencionalidad de someter o sobajar y es algo que se va aprendiendo”.

Asimismo, la académica expresó que, a diferencia de los mecanismos de defensa inherentes en el ser humano, la violencia se aprende, tiene una intencionalidad y está tan normalizada en la sociedad “que se encuentra inserta en la publicidad, en el humor, en los memes y en diversos productos y programas que forman parte de nuestro día a día”.

Por otra parte, la tecnología ha llevado a una transformación social que lleva al replanteamiento de una violencia para la cual, expresó Tania Rocha, no estamos preparados.

Violencia de género

“En el caso de la violencia de género, sobre todo hacia las mujeres, sabemos que se asume cultural y socialmente que está condición sexuada es inferior en capacidades, en aporte a la humanidad y hay que dar cuenta que estas violencias pueden ocurrir en la calle y en el espacio privado, dentro del hogar. Y que parece que el motor detrás es controlar a las mujeres, suprimir la libertad de decisión y acción”, refirió Rocha Sánchez.

ONU Mujeres estimó que de las 87 mil mujeres asesinadas en 2017, más de la mitad de los homicidios fueron perpetrados por las parejas sentimentales o los familiares.

En este contexto, ante la pregunta de si nos hemos acostumbrado a la violencia, la profesora apuntó que está cobijada y fomentada por la sociedad que históricamente ha puesto a lo femenino como algo inferior, ofensivo y despectivo. “Si tú le dices a un hombre que parece mujer, éste se ofende”.