“México es un Estado fallido sin justicia (…) y el arte, que nunca es inocente y a veces contribuye a la narrativa del poder, (…) tiene la posibilidad de jugar un papel importante hacia la justicia y la reconciliación”, declaró Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, en el conversatorio Violencia y violación de los derechos humanos en México, con el que comenzó este miércoles una nueva sesión de la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes.
Volpi explicó cómo el poder y un círculo de artistas han forjado la narrativa de la “narcocultura” y otras escenas de agresividad y muerte que sólo contribuyen a una imagen estereotípica de la crisis de violencia sin precedentes que vive México. Ante esta situación, propuso crear nuevas narrativas desde el arte.
Creada en 2015 por la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes es un espacio de reflexión y encuentro interdisciplinario que tiene el objetivo de explorar y profundizar en el vínculo entre la práctica artística y la defensa de los derechos humanos.
“El arte importa, el arte impacta, el arte puede incidir en la vida pública del país y en la transformación social”, destacó Enrique Díaz Álvarez, coordinador de la Cátedra, al presentar el primer conversatorio.
Comentó que son brutales las cifras de distintas violaciones a los derechos humanos desde 2006, cuando se declaró la guerra al narcotráfico durante el gobierno de Felipe Calderón. Se calculan más de 170 mil asesinatos, más de 35 mil desaparecidos y las denuncias ciudadanas por asesinato, desaparición, secuestro, extorsión, amenazas y cateos ilegales se acumulan. “Y son muchos los artistas que han dedicado parte de su obra a enfrentar la violencia desde sus trincheras”.
Esas cifras, agregó Volpi, son frías y muchas veces no generan empatía, por lo que urge una búsqueda de historias que se acerquen a la verdad tanto de las víctimas como de sus victimarios. “Necesitamos saber quiénes son los victimarios, por qué lo hicieron”, indicó.
Pedro Salazar, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, explicó la grave situación de Estado de excepción de facto que vive México, como un abuso de la figura jurídica que solo tendría que ser temporal para lidiar con las crisis de un país, y urgió por un camino hacia la justicia ante cifras tan alarmantes de desapariciones forzadas, desplazamientos, homicidios y torturas. “En medio de una institucionalidad democrática, nos enfrentamos con la crisis humanitaria más grave del país (…) y no saben cómo (lidiar con esto)”.
Tras alertar sobre la Ley de Seguridad Interior aprobada en 2017 y el empoderamiento de las Fuerzas Armadas en detrimento del poder de las autoridades civiles, Salazar sugiere fortalecer las instituciones empezando por nombrar a un Procurador de Justicia, por un repliegue digno de las Fuerzas Armadas, a las que será difícil recortarles presupuestos y quitarles territorios bajo su control, y en general, por justicia ante tanta impunidad. “Esto llevará más de 10 años, no es tarea fácil”, indicó.
Por su parte, Santiago Aguirre, subdirector del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, urgió a romper con la impunidad y la indiferencia social para reparar a las víctimas por medio de un esfuerzo coordinado de políticos, académicos, activistas y artistas. “Hemos sido indiferentes a la violencia hacia el Otro (…) Hay un cúmulo de atrocidades que supera a las instituciones del Estado y la voluntad política no es suficiente (… Hay que hacer uso de) todas las vías disponibles para luchar contra el dolor”.
Darle rostro a las víctimas, como un vehículo para generar empatía y romper con la indiferencia, será clave para combatir esta violencia y hacer valer los derechos humanos en un México, donde abuelos y nietos han sido asesinados o desaparecidos, donde la respuesta no es sencilla y para la que no se pueden calcar modelos de reconciliación o pacificación de otros países, destacó Aguirre.
EJERCICIO DE REPARACIÓN EN ECATEPEC
Con el performance Ensayando la libertad o el arte de ser yo misma, un grupo de 11 estudiantes de la escuela preparatoria General Francisco Villa de Ecatepec, Estado de México, conmovió de forma muy especial al público del segundo conversatorio de la Cátedra Nelson Mandela, titulado Pedagogías contra el daño y la violencia.
El acto arrancó con la imagen de ocho jóvenes mujeres que una por una se fue envolviendo en bolsas de plástico negras y gritando frases como “¡Ayúdenme!”, “¡Sálvenme!”, “¡Justicia!” y “¡Sáquenme de aquí!”, como reflexión a la violencia de género y los feminicidios que se viven cotidianamente en su entorno social y familiar en el Estado de México. Al finalizar, las jóvenes compartieron los sentimientos de miedo, incertidumbre e inseguridad que viven todos los días por el simple hecho de ser mujeres, de salir a la calle o de vestirse de forma libre. “El otro día violaron a una chica en nuestra colonia y no pasó nada”, dijo una de ellas.
El grupo es coordinado por el profesor y promotor de los derechos humanos Manuel Amador, quien al inicio del conversatorio habló sobre la urgencia de nombrar la violencia por su nombre, de verbalizarla ante el enorme silencio y abandono que existe en una sociedad tan desvinculada y dañada.
En una reflexión junto con la periodista y documentalista Daniela Rea, ambos convocaron a construir memoria y a no perder la capacidad de indignarnos ante las injusticias para no deshumanizarnos. “No dudemos. Insistamos. ¿Por qué tendría que ser más fuerte la intolerancia? No, que no sea así”, dijo Amador. “No dudemos. Hay que tener ánimo para hacer lo que tenemos que hacer”, indicó Rea.
CICLO DE CINE
La Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes continúa sus actividades este jueves 23 de agosto en la Sala José Revueltas del CCU con un ciclo de cine que incluye la proyección de la película Las elegidas, de David Pablos, que aborda el tema de la trata de blancas, a las 16 horas; el documental La libertad del Diablo, de Everardo González, en el que se entrevista tanto a víctimas de la violencia como a sus victimarios, a las 18 horas; y el documental No se mata la verdad, de Coizta Grecko, sobre la violencia contra periodistas en México, a las 19:30 horas.
Todas estas películas fueron seleccionadas por ser un ejemplo de cómo el arte está enfrentando el problema de la violación a los derechos humanos en México.