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La poesía, el género más despreciado por la industria editorial

Como lectora y editora de poesía, a Carmina Estrada le sorprende el desprecio del mercado editorial por la poesía, cuando es el género que está ligado a lo más popular: la música, los mitos, incluso la religión. Es por eso que -sostiene- las publicaciones de Punto de Partida, que tiene a su cargo como editora, hacen énfasis en dar voz a las y los poetas.

“Es el género que más difícil es que publique una editorial comercial; las instituciones tenemos la responsabilidad de impulsarlo”, dijo en el marco de la 43 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, durante la mesa dedicada a las experiencias editoriales de Punto de Partida y Periódico de Poesía, ambas de la Dirección de Literatura y Fomento a la lectura de la UNAM.

Recordó que las ediciones de poesía de Punto de Partida comenzaron con los Cuadernillos de Taller y Seminario, que se editaron de finales de los años 70 a 1986, con Marco Antonio Campos y Eugenia Revueltas al frente, y que muchas veces difundían obra creada dentro de los talleres de la propia Universidad, donde se fraguó la voz de poetas que luego afianzaron una trayectoria sólida.

“Esos libros se dejaron de publicar, sólo siguió la revista (Punto de Partida), pero en los dos miles retomamos una colección de narrativa y poesía”, explicó. Un orbe más ancho fue la primera antología, seleccionada desde el punto de vista de una lectora. “No hemos tenido nunca un afán canónico, para eso ya hay muchas antologías. Nosotros mostramos, y en esa muestra vas descubriendo, vas encontrando, desde mi punto de vista de lectora de poesía y de los comités que han ido avalando, joyas como las que hemos publicado, como Datsun (2009), libro entrañable de Xitlálitl Rodríguez, o Inventario de las cosas perdidas (2020), de Yaroslabi Bañuelos”, agregó en referencia a las dos autoras, también participantes en la mesa que fue moderada por Hernán Bravo Varela, editor del Periódico de Poesía.

Si bien la poesía no responde a intereses del mercado, que nada tienen que ver con valores estéticos o literarios, Xitlálitl Rodríguez -jefa de redacción del Periódico de Poesía-, consideró que es una equivocación verla como un género con cierto grado de dificultad, de hermetismo y restringida a una élite, y destacó la importancia de hacerla circular fuera de los circuitos de la industria editorial, pues de otro modo, obras y traducciones no verían la luz.

“Se tiene esta idea de que nadie la va a comprar, entonces, ¿para qué pagar derechos y la traducción? Esto se vuelve una carga para el género. Publicaciones como el Periódico de Poesía y Punto de Partida son las que están formando la nueva generación de poetas, que sólo una institución como la UNAM, de ese tamaño y esta importancia, puede mantener viva en un momento en que parecería que la esperanza en muchos bienes culturales, en la vida de la literatura, decae. Es una fortuna que tengamos estas editoriales”.

Yaroslabi Bañuelos es, como Xitálitl Rodríguez, otra de esas nuevas voces poéticas que han surgido en el territorio universitario. La publicación de su libro Inventario de las cosas perdidas marca un punto de inflexión en las ediciones de Punto de Partida, destacó Hernán Bravo Varela, al ser el primer título de estas que obtiene el prestigioso Premio Iberoamericano Bellas Artes de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada (2021).

La autora explicó que esta obra nació a partir de una de las acciones de la Dirección de Literatura y Fomento a la Lectura: la convocatoria Vivir el encierro, de Punto en línea, al inicio de la pandemia. “La vi y decidí mandar dos poemas, y en esos días me puse a escribir algo alusivo al confinamiento, y para mi fortuna, salieron seleccionados en la revista (…) Estas convocatorias, además de que nos permiten compartir nuestro trabajo, son un puente para escritoras como yo que no están cerca de centros culturales importantes”, destacó la escritora quien vive en La Paz, Baja California.

Inventario… surgió a partir del deseo de Yaroslabi por contar historias. La mayor parte de los poemas que lo conforman tienen un hilo narrativo. “Estas historias convertidas en poemas son habitadas por mujeres que atraviesan territorios del desencanto, de la tristeza, de la melancolía, incluso de la violencia… Son pequeñas historias de atmósferas cotidianas con las que nos topamos muchísimas mujeres a lo largo de la vida. Quería que el libro fuera una ventana en la que nos pudiéramos encontrar”.

Ambas autoras son muestra del mayor número de mujeres que se publican ahora, a diferencia del pasado. Cuando Carmina Estrada publicó El orbe más ancho, antología de poetas nacidos entre 1971 y 1983 –Hernán Bravo entre ellos-, las mujeres apenas llegaban al 23 por ciento de participación, recuerda la editora.

“En otras antologías de la época eran del 20 y 25 por ciento; ahorita ya la paridad creo que la hemos rebasado. Yo decía siempre que las que había estaban repartidas en todas las antologías, mientras los hombres estaban repetidos. Afortunadamente hemos ido teniendo ya la fuerza para enviar material cada vez más poderosos y eso hace que haya más libros de mujeres”.

Hernán Bravo Varela invitó a entrar a los sitios puntodepartida.unam.mx y periodicodepoesia.unam.mx, donde está disponible el repertorio de textos históricos y actuales de ambas plataformas, que despliegan obras de poesía y narrativas de México, en español y lenguas originarias, y de más allá de las fronteras del país.