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La orquesta de frutas, teatro de papel que invita a creer en hacer realidad los sueños

En los campos de España corre el dicho “septiembre es frutero, alegre y festero”, pues en esta época del año las uvas, melocotones, sandías, tomates, melones e higos están maduros, y la gente asiste a los festivales de la cosecha para bailar y celebrar lo recolectado. Éste es también el mes en que La orquesta de frutas se presenta en el Microteatro México, obra infantil que no por tener lugar en el lado opuesto del mundo —en un pequeño foro de la colonia Santa María la Ribera— es menos frutal y festiva, o le hace falta música.

“Al contrario, lo que los niños ven aquí son los intentos de un grupo de frutas por formar una banda, pese a no falta quien les diga que eso es imposible. Para ambientar esta aventura tenemos no sólo pistas grabadas, sino a un saxofonista tocando en vivo”, explica Paola Quintana, actriz y directora de esta puesta en escena.

Para contar la historia de tan peculiares personajes, la compañía La Tuna Teatro ha recurrido a una técnica con larga tradición, el teatro de papel, y como dicta el canon ha creado títeres de cartón que, al ser manipulados por un par de actores, cobran vida y de súbito son capaces de tocar un instrumento o ponerse a cantar en coro.

“Aunque la trama fue pensada para pequeños —y a fin de comunicarnos mejor con ellos recibimos asesoría de psicólogos y sociólogos—, los adultos también la disfrutan y a veces hasta más. Ello se debe al mensaje planteado: el de que sí es factible hacer lo que imaginas, pese a quienes repiten el consabido no se puede”. 

La autora de la obra es Ruth Renovato, comunicadora visual egresada de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM y quien además de prepararse en varias especialidades escenográficas se formó en las técnicas del teatro de papel en la Academia de San Carlos; ello le ha permitido mezclar sus dos grandes pasiones: la creación gráfica y la dramaturgia.

“Esta combinación de intereses se aprecia no sólo en lo fluido de los diálogos y en la trama, sino en la escenografía y diseño de los personajes —aspecto en el que apoyó Roxana Rosas—, los cuales pese a ser bidimensionales y planos, resultan muy expresivos. Para darle lustre a este aparato decorativo tan cargado de color contamos con en el trabajo de la iluminadora Lucía Geraldo”, añadió Josué Aguilar, intérprete de las frutas Mango, Melón, Plátano, Naranja guitarrista y Piña trompetista, así como del señor tendero.

El número 15 bajo el microscopio

En esta temporada, la obra La orquesta de frutas fue modificada para encajar en el formato de microteatro, es decir, tiene una duración de 15 minutos, se presenta en un foro de 15 metros cuadrados ante un foro de 15 personas, “lo cual representa un reto y una carga de adrenalina ya muy conocida por Josué y por mí, pues ambos tenemos experiencia como cuentacuentos y, por lo mismo, sabemos lo complicado de narrar algo en dicho lapso”, dice Paola Quintana, quien además de ser la directora escénica da vida a la protagonista de la historia, Sandía, así como a Pera, las Uvas, Manzana y Melón.

Para Miguel Estrada, otro de los actores, esta modalidad inaugurada en México hace ocho años representa una oportunidad única “porque te permite ver al público a los ojos. Esto no es una exageración, estás a casi 40 centímetros de ellos y te es fácil examinar sus reacciones y saber si captaste su atención. Es muy gratificante constatar cuando un niño se emociona, pero me ha tocado observar cómo, de repente, los adultos se olvidan de su edad y adoptan una mirada y una sonrisa casi infantil. Ésta es una de las ventajas de trabajar así, cara a cara”.

Pensada para durar poco menos de una hora, comprimir la pieza le permitió a la compañía tomar ciertos riesgos y darse licencias creativas, como hacer visibles a los titiriteros (que por tradición deben estar ocultos), deshacerse del típico teatrino y, en vez de usar sólo pistas grabadas, permitir la música de un saxofón en vivo. “Esto último resultaba vital en un relato donde hay frutas que, además de hablar, sueñan con tocar en su propia banda”.

Las partituras usadas en esta versión “micro” de la obra son de David Kato Martínez, instrumentista de la Facultad de Música de la UNAM, quien además le ayudó a Ruth Renovato a recortar el libreto en un 70 por ciento a fin de conseguir una duración de 15 minutos, pero sin perder por ello coherencia, trama o ritmo.

“Hemos aprendido mucho y la siguiente vez que presentemos este montaje aprovecharemos la experiencia. De entrada tendremos más instrumentos en vivo, promoveremos una mayor interacción con el público y aplicaremos la principal enseñanza que esto nos deja, la de que una pieza dura lo que debe durar”, comparte Paola Quintana.

Una historia que trasciende el escenario

La protagonista de La orquesta de frutas es Sandía, quien sueña todo el día con la música y quiere formar una banda; por ello debe lidiar con Mango, una criatura gruñona y amarilla que todo el tiempo le dice que lo suyo son fantasías tontas sin posibilidad de hacerse realidad, pues el destino de una fruta no es cantar o tocar un instrumento, sino terminar hecha cuadritos en un coctel o exprimida en un vaso de jugo. 

“Esto, de alguna manera, refleja las vivencias de la autora, Ruth Renovato, quien tras conocer el teatro de papel quiso dedicarse a eso, pero la gente le repetía que una diseñadora gráfica está para otras cosas, no para jugar a la dramaturgia”, recuerda Josué Aguilar.

Para Paola Quintana, el que todos hayamos vivido algo parecido es lo que da su fuerza a esta historia. “¿A cuántos no nos han pedido abandonar nuestros sueños?, y en cada uno de nosotros está el decidir si seguimos o claudicamos. Mi escena favorita es cuando Sandía, empeñada en formar su banda, dice ‘sea una idea o no hay que hacerla realidad, hay que trabajar por ello’, y casi de inmediato todos los niños en la sala gritan ¡sí!, y asienten con la cabeza”.

Por ésta y otras razones, los integrantes de La Tuna Teatro se dicen identificados con lo narrado en escena y buscan transmitir esa emoción a sus personajes, pues como señala Paola, aunque no somos frutas en busca de formar una banda y hacer música, sí somos actores deseosos de que nuestra obra sea vista y de que haga ruido.

La orquesta de frutas se presenta todos los sábados y domingos de septiembre (excepto los de la última semana) en el Microteatro México, ubicado en la calle Roble número 3, colonia Santa María La Ribera. Las funciones son a las 12:30, 13:00, 13:30, 14:00 y 14:30 horas, y a las tres de la tarde. Debido a la modalidad micro es posible pasar de una sala a otra y ver las demás piezas ofrecidas dentro de la barra infantil: Amor… es perros y Hola, señor Grillo.