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La Merced, mercado y refugio de migrantes otomanos, judíos y libaneses

La Merced es un barrio en el que múltiples grupos de migrantes encontraron refugio, trabajo, comida, familia y calor humano; así, el paso de los años les permitió ser parte de lo mexicano, de lo mestizo y de muchas culturas, aseguró el historiador mexicano de origen libanés Carlos Martínez Assad.

Durante un recorrido por el Barrio de La Merced, como parte de las actividades del Festival del Centro Histórico (FCH) 2017, el profesor e investigador de Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM habló sobre tres grupos que se asentaron en esta parte de la ciudad en el siglo XIX: armenios, judíos y libaneses.

Acompañado por un grupo de cerca de 60 personas, comentó que a finales del siglo XIX, una gran comunidad de esos tres grupos arribó a México huyendo de la guerra otomana; entró en barco por Veracruz y llegó hasta el Barrio de La Merced, donde estableció hogares y comercios.

“Las personas empezaron con tiendas de telas, mercerías, pan y abarrotes, principalmente en las calles de Venustiano Carranza, Jesús María y República del Salvador, aunque poco a poco los comerciantes al hacerse de un patrimonio se mudaron para vivir en otros puntos de la ciudad: la colonia Florida, El Chamizal o Polanco”, señaló.

Partiendo de Plaza Loreto, a un costado de las iglesias Iglesia de Loreto y de Santa Teresa y de las los Sinagogas que se iniciaron en México, la de los judíos de la región de Damasco de los años 30 y los Askenasi de los años 40, el sociólogo e investigador nacido en Amatitlán, Jalisco, de madre libanesa, habló de estos migrantes que lidiaron con la Revolución Mexicana, testigos de los enfrentamientos entre las fuerzas de Francisco I. Madero y Victoriano Huerta.

“El Barrio de La Merced resultó muy atractivo para los migrantes que llegaron a finales del siglo XIX a México, principalmente, porque todos provenían de los problemas que padecía la crisis del Imperio Otomano, que en ese contexto provocó problemas porque el ejército turco ya no tuvo solados para combatir en los Balcanes y eso hizo que los pueblos comenzaran a migrar.

“Varios se asentaron en La Merced, gracias a su talento para el comercio; el comercio ambulante será fundamental, pues uno no pensaría que, de cargar un cajón con latas, pudieran forjarse grandes empresarios y capitales como lo fue en ese tiempo”, indicó.

El Premio Nacional de Ciencias y Artes 2013, charló bajo los rayos del sol de los lugares de culto, los centros sociales de convivencia, las diferentes escuelas y los lugares donde vivían esos migrantes.

Templos muy diversos e interesantes para grupos con los que la sociedad está más relacionada, como en el Taller de los Sapos, donde estuvo el primer Taller de Calzado Domit, propiedad de Antonio Domit, migrante libanés y que ahora ahora es una empresa de forma.

Tomando la calle de Jesús María, a un costado de la Plaza de Loreto, Assad cuentó que sobre esa calle estuvieron los negocios iniciales de la familia Slim, la tienda que dirigió Julián, el padre del hoy empresario y millonario Carlos Slim.

“Estos migrantes fueron grupos que han alentado el desarrollo económico de México y que han dejado varios de sus rasgos culturales y que ahora forman parte del ser mexicano”, indicó.

Destacó que de los más de siete mil registros que tiene la Secretaría de Gobernación, la mayoría de estos migrantes se acento en esta zona.

“En Correo Mayor se estima se asentaron más de 140 familias, en Corregidora hay familias armenias y judías de gran tradición”, agregó.

Durante el trayecto, se hicieron paradas en República de Uruguay 132, donde se erige la Catedral de Marón o Templo de la Balvanera, iglesia católica donde el santo de origen libanés San Charbel es ataviado con listones de colores adquiridos en las múltiples mercerías de la misma calle.

“Fue el primer templo de los libaneses que llegaron con su cristianismo oriental. Este templo fue el centro de reunión de toda la comunidad”, dijo Assad quien, a la vez, se centró en personajes como Neguib Simón, el empresario yucateco de origen libanes que creó la Plaza de Toros México.

Indicó que gracias a este empresario, creador de las navajas para rasurar marca Ala y de los focos Lux pasaje, se crearon los centros comerciales actuales, toda vez que fue él, el impulsor del Pasaje Yucatán, una especie de callejón que en su interior albergó varios comercios.

Con el apoyo de material fotográfico, comparando los templos, edificios y calles de la época, y para comprender más el valor histórico y el paso del tiempo de esos lugares, el recorrido abarcó otras calles como Venustiano Carranza, hasta la llegar a la Suprema Corte de Justicia, antes Plazas del Volador en Pino Suarez y cuyo nombre se deriva del Ritual Solar de los Voladores, hoy conocidos como Voladores de Papantla.

Los recursos obtenidos por el recorrido serán utilizados para organizar una exposición fotográfica que se llevará a cabo a finales de año, sobre libaneses, judíos y armenios, se informó.