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Una vez más sin quinto partido

El futbol es una creencia profunda donde se juega nuestro nacionalismo, la justicia, la dignidad, el amor, la democracia, y todas aquellas verdades que de fondo nos componen. ¿De qué está hecho el quinto partido?: “es una emoción colectiva compuesta de bravuconería, revisión contra el poder, demanda de engañado, dignidad, seducción, promesa. Es la estructura de un acto amoroso. Y seguiremos ahí: Las mil y una noches sentados a la orilla del balcón esperando una señal de amor”, afirmó Ricardo Trujillo, académico de la Facultad de Psicología de la UNAM.

Agregó que el fanático tiene preparado un catálogo de excusas para enfrentar la derrota de la selección mexicana en los mundiales: “Ya perdimos, pero tenemos dignidad”, “¿por qué siempre tiene que pasarnos a nosotros?”, “no era penal”. Se elige la cultura del no esfuerzo y esperamos el golpe de suerte.

Señaló que la afición establece un pacto para ilusionarse. La nueva demanda es que nos seduzcan otra vez: al próximo mundial llegaremos al siguiente partido.

 

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Precisó que no sólo son partidos de futbol, está en juego el nacionalismo. El futbol es una creencia redonda. No hay reflexión sobre la estructura social y deportiva en la que vivimos, el manejo mercantil que hacen los dueños del futbol.

El verdadero ciclo mundialista, acotó, es la sociedad que vive y se proyecta en un deporte que muestra las carencias de una cultura que se vive estéticamente. No hay razonamientos, planes o proyectos, sino ensoñaciones y creencias. Es el famoso “a qué le tiras cuando sueñas mexicano”.

Por su parte, Hugo Sánchez Gudiño, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM, expuso algunas razones por las que México no llega al quinto partido en los mundiales de futbol: el modelo de negocios de la Federación Mexicana de Futbol ha privilegiado la ganancia publicitaria, se inhibe el surgimiento de nuevos talentos, compra excesiva de jugadores extranjeros en el torneo local, marginación de jugadores nacionales, pocos incentivos para las canteras nacionales de futbol, excesiva comercialización.

Añadió que el dinero está por encima del talento, prueba de ello es que los juegos de preparación de la selección mexicana se realizaron en Estados Unidos. Otro punto importante, según el académico, es que las televisoras administran al equipo nacional.

Respecto al espíritu de la selección de futbol indicó que existe una cultura del agachismo. Cuando se compite con potencias México se intimida. La afición también tiene un alto grado de responsabilidad: el público se conforma con cánticos.