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Ida Lupino, pionera y transgresora del cine

  • La directora fue recordada en la UNAM por el promotor y programador cinematográfico estadounidense Richard Peña

Yair Mercado

Filmoteca UNAM trajo a la sala Julio Bracho parte crucial del legado cinematográfico hecho por mujeres. Se recordó a Ida Lupino, actriz, productora, guionista y directora angloestadounidense que desde los catorce años incursionó en el séptimo arte. En la charla denominada Haciéndolo a su manera: el cine de Ida Lupino, habló y profundizó en el tema Richard Peña, director emérito del Festival de Cine de Nueva York y profesor de la Universidad de Columbia.

Peña comenzó con algunos antecedentes de la directora nacida en 1918 en Inglaterra. La primera formación de Lupino fue la actuación –su familia tenía una compañía de teatro- y tuvo una carrera exitosa trabajando para Paramount y Warner Brothers. Sin embargo, hacia la década de los cuarenta, cuando gozaba ya de fama como actriz, decidió incursionar en la producción y la dirección. “Es importante recordar que en Hollywood la participación de las mujeres en estas actividades era casi nula. El cine clásico sonoro que va de los años treinta a los sesenta era un boys club”, informó Peña a la audiencia.

En este sentido, dijo el programador de festivales de cine, Ida Lupino fue una pionera, transgresora y artista importante.

En su primera etapa como directora, Lupino expresó los problemas sociales de la mujer de su época. De esta manera su primera película, Not wanted (1949) -de la que por cierto jamás recibió el crédito de directora-, ponía sobre la mesa el tema de los hijos fuera del matrimonio. “Un problema de moralidad para la sociedad norteamericana de la posguerra y en donde las mujeres eran fuertemente criticadas”.

En esa misma línea de crítica social, su tercera película, Outrage (1950) -que fue proyectada después de la charla-, se centra en el tema de la violación. Muestra las opresiones que sufre Anna en su juventud: el matrimonio y la crianza de los hijos como obligación, el acoso sexual y, finalmente, el crimen. “Lupino plantea que el cambio social debe ser en las leyes pero, además, en la moral de las personas. Anna, que es la víctima, se ve ofuscada todo el tiempo por su pueblo. El único escape para ella es irse a Los Ángeles. Ahí conocerá a Bruce y podrá escapar del asedio de una sociedad acosadora y violenta. Con la influencia del cine noir y del neorrealismo italiano, Lupino muestra el horror de la persecución, el trauma posterior a la agresión y la huida de un personaje femenino devastado”.

La charla concluyó destacando que el cine de Lupino se caracteriza por negar el happy ending, y con ello se oponía al cine comercial de Hollywood, que en su mayoría reflejaba una ideología machista.

Rescatar a los personajes históricos ocultos u olvidados es una tarea necesaria. La figura de Lupino fue descubierta en los años setenta gracias a diferentes movimientos de mujeres. Sin embargo, hoy a 101 años de su nacimiento, su legado está vivo. Filmoteca UNAM trae esta película al público mexicano contemporáneo para recordar a la gran directora que siempre se preocupó por los problemas de su tiempo, que a su vez son los nuestros.