El pasado 6 de febrero ocurrieron dos terremotos en Turquía, en una zona donde no se habían dado sismos tan intensos desde 1513. Estos dos causaron más 55 mil muertos y 38 mil colapsos, señaló Sergio Alcocer, investigador del Instituto de Ingeniería (II).
Para entender lo ocurrido, agregó en entrevista, en términos del comportamiento de las estructuras, las cimentaciones de los edificios, los puentes y sistemas de distribución de agua potable, y recabar datos sobre los daños, varios investigadores del II visitaron la zona dañada. La idea es trasladar ese conocimiento a México para mejorar nuestras propias prácticas y normas de construcción.
La visita se llevó a cabo del 12 al 22 de abril y encontraron, en términos generales, problemas en el comportamiento de las estructuras asociados a una mala práctica del diseño y de la construcción de edificios, especialmente debido a que no se tienen, o no se respetan, los reglamentos. “Y por otro lado, vimos que los criterios de revisión de los inmuebles, de inspección, no habían sido adecuadamente respetados. Hay una falta de observancia de los reglamentos y de las normas de construcción que no es distinta de la que se ha seguido en otros países, incluyendo México”, añadió.
Con la información recopilada tienen pensado tres productos. El primero de ellos, detalla Alcocer, consistirá en una serie de conferencias que darán en el Instituto de Ingeniería, el Colegio de Ingenieros Civiles y la Sociedad Mexicana de Ingeniería Geotécnica, “para que nuestros colegas conozcan los detalles del comportamiento de estos inmuebles. Será importante la presencia de los constructores, trataremos de incluir a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción”.
El segundo: un informe que dará cuenta de la visita, “esencialmente será un resumen ampliado y con más detalles”. Y el tercero, precisa, “es que en este momento nos encontramos en un proceso de revisión de las 11 normas de diseño que son parte del reglamento de construcciones, todavía del Distrito Federal –se le sigue llamando así, eventualmente será nombrado reglamento de la Ciudad de México–, y dentro de estas 11 normas hay varios aspectos que puedan ser rescatados de lo que hemos aprendido”.
Undécimo lugar
Por su parte, Jorge Aguirre González, de la Coordinación Sismológica del Instituto de Ingeniería, indicó que “llama la atención que una de las mayores aceleraciones que se produjeron al sur fue de 1,364 centímetros sobre segundo al cuadrado en la parte de Antioquía, y hubo otras un poco más pegadas a la costa con el mismo nivel de importancia. Así, en el ámbito mundial, estos sismos ocupan el undécimo lugar entre los que han producido este nivel de aceleraciones”.
En tanto, Efraín Ovando, investigador de la Coordinación de Geotecnia del II, afirmó que observaron una gran cantidad de deslizamientos de tierra, principalmente a lo largo de cortes hechos para la construcción de carreteras. “En algunos casos vimos cantos rodados, fallas rotacionales, había muchas carreteras parchadas; es decir, carreteras que ya habían sido reparadas después de los sismos, por lo cual es notable la eficiencia que tuvieron las autoridades turcas para reponer y reabrir a la circulación estas vías de comunicación”.
Eduardo Botero, integrante también de la Coordinación de Geotecnia, acotó que “en esta visita vimos los problemas de licuación de las arenas, especialmente en las ciudades de Iskenderun y Gölbasi. Los daños por licuación no fueron determinantes para la estabilidad de las estructuras, pero sí en los daños al entorno en general y a la infraestructura de servicios públicos”.
Jorge Ávila, de la Coordinación de Estructuras del II, señaló que “las estructuras que vimos con problemas fueron los edificios tipo habitación, la mayoría de concreto reforzado. Yo no vi ninguna estructura de acero. Los hospitales tienen ahorita un programa de rehabilitación, les están metiendo aislamiento sísmico en la base”. Marcos Chávez, de la Coordinación de Ingeniería Estructural del II, precisó que un daño recurrente fue en viviendas de adobe, “donde replican una práctica muy común en México: construyen su estructura de adobe y después, cuando ya tienen más recursos, hacen un segundo nivel, pero éste ya con concreto. Eso es algo muy recurrente, lo vimos en Turquía, aquí en México sucede también”.