Explora unam global revista
Explora unam global revista
explorar
regresar

DANZA DEPORTIVA, UNA DISCIPLINA LLENA DE ARTE

descarga para medios

  • Es de alta exigencia y, como cualquier otro deporte, requiere entrenamiento y preparación tanto física como mental, señala Alma Karen Macedo, presidenta de la ABDDUNAM
  • Se imparte en la Universidad Nacional desde 2007

“Uno, dos, tres… Uno, dos, tres”, se escucha en el salón ubicado en el tapanco de la Alberca de CU. Ahí entrena el equipo de Baile y Danza Deportiva de la UNAM. Ellas calzan zapatillas multicolor; ellos, zapatos negros y cerrados con punta blanca; todos llevan un discreto tacón con el cual, parejitos, golpean la duela al ritmo de una rumba.

“¡Cuiden su postura!, ¡estiren bien los brazos!, ¡marquen el rombo en el piso!, ¡sonrían!”, grita el profesor, mientras que, por la frente de hombres y mujeres, escurre sudor. Previo al ensayo de la coreografía, los alumnos –todos universitarios– ya realizaron una sesión de calentamiento de articulaciones, acondicionamiento físico y trabajo en barra.

Baile y Danza Deportiva es una de las 97 disciplinas que ofrece la UNAM a su comunidad. En ella se enseñan dos tipos de danza: europea y latina. Los ritmos europeos son: vals inglés y vienés, tango, slow foxtrot y quickstep. Los latinos son: samba, chachachá, rumba, paso doble y jive.

A decir de Alma Karen Macedo López, presidenta de la Asociación de Baile y Danza Deportiva de la UNAM (ABDDUNAM), un bailarín de esta modalidad debe dominar los 10 ritmos y, aunque a veces no la consideran un deporte, quien se dedica a esto debe llevar un entrenamiento y preparación física y mental estrictos, y seguir un plan de alimentación.

“Se requiere rigor y entrenamientos continuos, los cuales son multidisciplinarios, pues implican gimnasia y rutinas de acondicionamiento físico para lograr un alto rendimiento. No se trata de bailar por bailar, es un deporte de mucha exigencia física”, explicó.

El baile deportivo se imparte en la Universidad desde 2007 como una alternativa para los alumnos. “Se busca mostrar que hay deportes más allá de los tradicionales. Queremos que los chicos participen, que vean que hay otras opciones, que esto es una vía para expresarse de manera diferente y que también es una disciplina que ayuda a desarrollar otras habilidades”, explicó Macedo López.

Hoy, la UNAM cuenta con un representativo de 20 integrantes, el cual ha participado en juegos universitarios y campeonatos estatales con buenos resultados. Además, su talento ha rebasado fronteras: en septiembre de 2023 participó en el Open Dance Fest en Costa Rica y en mayo de 2024 contendió en el mismo certamen, pero en Panamá. En las dos ediciones logró cinco primeros lugares, cuatro segundos y cuatro terceros.

A decir de Alma Karen, cuando llegan los jóvenes a entrenar no visualizan la verdadera dimensión de lo que están haciendo. “A veces están ahí por gusto y, si los motivas, terminas por contagiarles esa pasión por el baile competitivo y terminan diciéndose, ‘no sólo voy a bailar, sino a entrenar y formarme como deportista universitario’”.

Bailarines puma

Patricia Ramírez Rivera estudia en la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la UNAM. Para ella bailar es su vida. “Practico danza casi desde que nací”. Egresó de una escuela de Bellas Artes, pero buscaba algo más y en el baile deportivo encontró un nuevo reto. Durante cuatro años combinó sus estudios de Enfermería con el entrenamiento,

“Esto es un medio por el cual te puedes liberar, desestresarte y transmitir lo que sientes. A veces, al salir de clases y enfrentar ciertas cosas con mis pacientes, el único medio para desahogarme era danzar”, señaló.

Paty participó en la competencia de Costa Rica. Con un vestido multicolor, zapatillas color camel, maquillaje en tonos rosados y su larga cabellera en coleta, caminó a la pista, hizo una reverencia antes de iniciar su rutina de samba, se enfrentó a bailarines con más de 10 años de experiencia y ganó oro en la competencia en pareja.

“No sólo bailamos, interpretamos. Esto te exige cada vez más y la recompensa es una medalla. Es un lenguaje mediante el cual puedes expresarte no con palabras, sino con tu cuerpo”. Ahora se concentrará en su especialización en neonatología y en su próxima competencia internacional, los Gay Games 2026, a celebrarse en Barcelona, España.

Francisco Javier Chávez Cervantes estudia en la Facultad de Contaduría y Administración, en CU, y es parte del equipo representativo de la ABDDUNAM. Comenzó a bailar a los 10 años, cuando una prima lo invitó a tomar clases de folclor. Se enamoró del baile deportivo hace tres años por su técnica rigurosa y variedad de ritmos a ejecutar. Desde que conoció la disciplina, la alterna con sus estudios de contador.

Lo más complicado han sido los tiempos utilizados para trasladarse desde su casa en Tecámac, Estado de México, a la Universidad, pero disfruta todo lo que implica su entrenamiento y la felicidad que le generan tantas endorfinas liberadas. El ritmo que más le gusta es la samba, pues a pesar de ser difícil, Paco tiene gracia al mover sus pies y caderas.

El joven fue elegido para la competencia en Panamá en mayo pasado, donde obtuvo primer lugar como solista en latin jive y segundo en pareja. En dicho certamen vistió pantalón y camisa de manga larga negras. Antes, realizó el ritual de siempre: amarrarse los zapatos y relamerse el cabello con gel para, después, indicarle a su pareja con la mirada su disposición para bailar y hacer todo aquello que le inspira la música.

Entre sus planes está terminar la licenciatura y seguir con una maestría en Finanzas Bursátiles u Optimización. En la ABDDUNAM continuará preparándose para las próximas justas nacionales e internacionales.

“Quisiera entrenar a las próximas generaciones. Me agrada enseñar y me gustaría que más personas se unan para ser una comunidad más grande, para ser más visibles y para mostrar que el baile no es sólo mover los pies, pues implica técnica y es una disciplina compleja”, finalizó.